A cada cuello su corte
El cuello es el punto de partida de la elegancia, marcada precisamente por la ropa utilizada respecto a él. Un elemento, que tanto en el vestir, como en la anatomía, eleva al máximo la importancia de un corte de pelo y se convierte por obra del mismo, en la columna vertebral de cualquier peinado.
Y tu… ¿cómo lo ves?
¿Te molesta el cuello del abrigo?
¿Sabes llevar un gran escote con el cuello desnudo?
¿Te atreves con los “cuellos altos”?
Siempre hay que partir de la base de buscar la imagen más elegante, y el look más atractivo, por medio de cortes muy medidos, y de cabellos “en libertad condicional”:
La clave de cada corte va siempre en función de las necesidades personales y del estilo de vida de cada uno. Por eso, a la hora de cortar hay que tener en cuenta su manera habitual de vestir.
Cuellos camiseros:
Denotan un estilo desenfadado, muy útil y ponible en innumerables situaciones. El tipo de pelo que mejor sienta con este estilo de ropa, que no tiene edad, es la media melena, muy rebajada, y sobre todo muy entresacada.
Cuellos a la caja:
Permiten los cabellos muy cortos, con la nuca muy depurada y muy ligera de formas. Hay que trabajar la nuca, buscando un efecto muy desfilado, “a punta de tijera” y en ocasiones a punta de navaja.
Cuellos altos:
Un recogido puede dejar la nuca al aire de un modo semejante a como lo hace un buen corte. Además, favorece siempre, ya sea alto, bajo, alto, redondo o terminada en pico. Así pues, con los cuellos altos, tan habituales en el invierno, lo que debe buscarse fundamentalmente es un efecto despejado.
Grandes escotes:
La melena por encima de los hombros “viste” literalmente el cuello desnudo. La propuesta es una línea de cabezas ligeras en las formas. Se consigue trabajando en profundidad las zonas internas del cabello, en todo su conjunto. Las puntas onduladas realzan el escote, y portan un aspecto de suave sofisticación.
Pañuelo al cuello:
Una larga melena lisa, voluminosa y con mucho brillo, tiene “licencia para encantar” en este caso. También el cabello escalonado y asimétrico, o con efecto mojado puede resultar divertido, por el contraste que produce. Y si es muy fino, las puntas hacia adentro le darán un toque clásico, y más serio, pero igualmente interesante.
Cuello en pico:
El cabello revuelto por una “mano maestra”, o rizado, con carácter marcadamente juvenil y cómodo, da forma a un conjunto que puede considerarse muy años 20, en el que la espuma fijadora, el gel moldeador o las ceras, son protagonistas de estas tendencias tan deportivas.
Grandes cuellos:
Son la encarnación del maximalismo, y favorecen mucho. Lo que mejor les va son las melenas cortas y voluminosas, y también los cabellos cortos, pegados en los laterales, y con la nuca plumeada o entresacada. Las formas geométricas de estos cortes, crean adicción entre las más decididas.