Sevilla clama por la democracia: la sociedad civil exige la dimisión del presidente del Gobierno y elecciones inmediatas
Más de 30 asociaciones se manifiestaron en la Plaza Nueva para denunciar la corrupción institucional y los ataques al Estado de Derecho.
Coincidiendo con la festividad de San Fernando, Sevilla se convirtió en el escenario de una nueva protesta ciudadana contra el Gobierno. Más de treinta asociaciones de toda España, convocadas por el Club de Debate Jovellanos y la plataforma “La Revuelta”, salieron a la calle este fin de semana para exigir la dimisión del presidente del Gobierno y la convocatoria inmediata de elecciones generales libres y seguras.
La concentración, celebrada en la céntrica Plaza Nueva, se suma a una creciente ola de movilización ciudadana iniciada en Burgos el pasado abril y continuada con la multitudinaria manifestación de Colón en Madrid el pasado 10 de mayo. En Sevilla, los asistentes expresaron su preocupación por lo que consideran una deriva autoritaria del Ejecutivo, denunciando corrupción, injerencias en la justicia y ataques a la libertad de prensa.
“La sociedad civil debe tomar la palabra”
Durante el acto, moderado por Eduardo Gómez Pirlich, director de comunicación del Club de Debate Jovellanos, intervinieron representantes de distintas plataformas y movimientos ciudadanos. Manuel Marcos, presidente del Club, subrayó la necesidad de actuar sin dilaciones: “No hay excusas. Ha llegado el momento de que los españoles, al margen de ideologías, salvemos juntos nuestra democracia y nuestra dignidad”.
Amalio de Marichalar, coordinador de la iniciativa “De español a español por la Constitución”, exigió la dimisión del presidente del Gobierno por su “pérfida división de los españoles, su ataque a los jueces, a los medios libres y su alianza con quienes quieren destruir la unidad constitucional de España”. Recordó, además, la reciente resolución del Parlamento Europeo en la que se denuncia el deterioro del Estado de Derecho en nuestro país, una decisión que calificó de “grave y sin precedentes”.
Marichalar también anunció su reunión, en nombre de varias asociaciones, con el gabinete jurídico de la presidenta del Parlamento Europeo en Bruselas, y criticó que el presidente del Gobierno se haya reunido con líderes europeos “saltándose el control parlamentario”.
La Declaración de Sevilla: un manifiesto de resistencia democrática
El acto culminó con la lectura de la “Declaración de Sevilla”, un documento firmado por múltiples organizaciones que denuncia lo que consideran “una situación límite” para la convivencia democrática en España. El texto critica duramente al Gobierno por sus pactos con partidos radicales, el impulso de una ley de amnistía considerada inconstitucional, y por lo que califican como “un asalto a la separación de poderes y al Estado de Derecho”.
La declaración expresa su apoyo a la Corona, a las víctimas del terrorismo y a todos los ciudadanos que “defienden la Constitución desde cualquier punto de España”, y llama a los partidos que respetan la legalidad a unirse “más allá de las siglas” para “recuperar las libertades y la democracia”.
Apoyo de los jóvenes y próxima cita con la Justicia
Aitor Navas, portavoz del movimiento juvenil “Hacer España grande de nuevo”, denunció la falta de representación política de los jóvenes y acusó al Gobierno de “traicionar la democracia” y de “abandonar a una generación sin vivienda ni oportunidades laborales”.
La jornada concluyó con un llamamiento a la movilización en apoyo a la concentración convocada por los jueces el próximo 11 de junio a las 12:00 h, en Sevilla y en todos los juzgados del país. “Es hora de acompañar a quienes todavía sostienen el Estado de Derecho desde dentro de las instituciones”, afirmó Marichalar.
Una ola que crece
La manifestación en Sevilla se enmarca dentro de un calendario de movilizaciones que ha recorrido ya varias ciudades españolas. Los organizadores destacan el llamado “espíritu de Burgos”, una referencia a la primera gran manifestación de esta nueva ola cívica, y que ha sido retomada en Madrid y ahora en Sevilla como símbolo de unidad entre españoles de todas las ideologías que comparten la preocupación por el rumbo del país.