"Malasaña rebosa abandono": un vídeo viral reabre el debate sobre la degradación del centro de Madrid
Un hombre arrojando orines desde un cubo a una alcantarilla y recogiendo sus heces en una bolsa en pleno Malasaña, símbolo del deterioro urbano en el centro de Madrid
Una escena captada esta semana en el corazón de Malasaña ha vuelto a encender las alarmas sobre el estado del barrio. En el vídeo, que se ha hecho viral en redes sociales, un hombre vierte orines y heces desde un cubo a una alcantarilla, un transeúnte que presencia la situación le ofrece una bolsa para que las recoja y las deseche adecuadamente. La secuencia ha provocado todo tipo de reacciones, entre el estupor, la indignación y la resignación vecinal.
Aunque para algunos se trate de un gesto aislado, para los residentes de Malasaña es una estampa más del abandono crónico que sufre el barrio, y que denuncian desde hace años sin que lleguen soluciones eficaces.
Una historia de abandono que se acumula desde hace años
Lo ocurrido no es un episodio aislado. La plaza del Dos de Mayo, a escasos metros de donde se grabó el vídeo, lleva años figurando entre los “puntos negros” de limpieza del distrito Centro, según datos del Ayuntamiento de Madrid. Las reclamaciones por suciedad, inseguridad, botellones, pintadas y presencia de toxicómanos son habituales.
Vecinos, AMPAs de colegios como el CEIP Pi i Margall y asociaciones de comerciantes han denunciado en múltiples ocasiones que el barrio está sobrepasado por la masificación turística, el ocio descontrolado y la falta de servicios públicos adecuados. La situación ha llegado a afectar directamente a entornos escolares, donde los niños sortean cristales, excrementos, y manchas de sangre para entrar en clase.
Un barrio al límite: "Malasaña huele a orín"
"Malasaña huele a pis y a abandono", denuncian vecinos desde hace años. "Cada mañana es una lotería. A veces nos encontramos personas durmiendo en los parques infantiles, otras, restos del botellón o hasta jeringuillas", añade. La escena del hombre con el cubo, para muchos, es la confirmación visual de lo que llevan años contando sin respuesta real.
Desde la Asociación de Comerciantes de Malasaña, consideran que “el barrio está por debajo de un mínimo aceptable”. “No es solo una cuestión de limpieza: es seguridad, es convivencia, es atención”, afirma. Y aunque el Ayuntamiento ha anunciado cámaras de videovigilancia, una patrulla antigrafitis y una remodelación de la plaza, el sentimiento general es de escepticismo. “Lo anuncian, pero no actúan con contundencia”, lamentan desde las plataformas vecinales.
Un Madrid de dos velocidades
Desde la AMPA del Pi i Margall se advirtieron que la reforma de la plaza anunciada por el alcalde podría agravar los problemas si no se tiene en cuenta su uso escolar y vecinal. “Preferimos una plaza con pintadas antes que un espacio de piedra sin alma que favorezca aún más el botellón”, aseguran. A esto se suma la inquietud por el aumento de pisos turísticos ilegales, la falta de patrullas policiales constantes y la conversión del barrio en un parque temático para el ocio.
Mientras tanto, en barrios cercanos como el de las Letras, los vecinos observan con sorpresa la diferencia. "Allí sí se limpia, allí sí hay control", apunta Sáez. "En Malasaña, en cambio, la única constante es el deterioro".
No es un escándalo puntual, es un reflejo
El vídeo del hombre con el cubo de orina no es el escándalo: es la consecuencia. Para muchos, un gesto cotidiano en un entorno que ha normalizado lo inaceptable. Si algo ha logrado la difusión del vídeo, es poner de nuevo el foco en un barrio que reclama no más titulares, sino una respuesta integral, sostenida y con participación vecinal real.
Porque mientras las cámaras se instalan y las reformas se licitan, la degradación sigue avanzando. Y cada día que pasa, el orín, las bolsas de basura, siguen en el barrio.