El sistema de pensiones en España: funcionamiento y retos a largo plazo
La sostenibilidad a largo plazo está en el centro del debate, dado el envejecimiento de la población y los desafíos económicos que enfrenta.
Cómo funciona el Sistema de Pensiones
El sistema de pensiones español está gestionado por la Seguridad Social y se basa en un modelo de reparto. Esto significa que las contribuciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones de los jubilados actuales, siguiendo el principio de solidaridad intergeneracional.
La cuantía de la pensión está directamente relacionada con las contribuciones realizadas durante la vida laboral, siguiendo el principio de proporcionalidad contributiva. Cuanto más se haya cotizado, mayor será la pensión. Sin embargo, también existe una red de protección para quienes han contribuido menos, garantizando un ingreso mínimo a través de pensiones no contributivas.
Para acceder a una pensión contributiva, los trabajadores deben cumplir ciertos requisitos:
- Haber cotizado al menos 15 años, lo que da derecho al 50% de la base reguladora.
- Para recibir el 100% de la pensión, es necesario haber cotizado al menos 36,5 años (en 2023), cifra que aumentará gradualmente hasta 38,5 años en 2027.
- La edad de jubilación varía entre los 65 y 67 años, dependiendo de los años cotizados.
El cálculo de la pensión se basa en los salarios de los últimos 25 años, lo que permite ajustar la base reguladora a las condiciones económicas más recientes del trabajador.
Retos del Sistema de Pensiones
El sistema de pensiones enfrenta varios desafíos que comprometen su viabilidad a largo plazo:
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Envejecimiento de la Población: España es uno de los países con mayor esperanza de vida, lo que significa que los jubilados perciben pensiones durante más años. Esto, combinado con una baja natalidad, ha reducido la proporción de trabajadores activos por cada jubilado.
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Elevada Tasa de Desempleo: Un alto desempleo juvenil y empleos precarios afectan negativamente las contribuciones a la Seguridad Social. Esto agrava el desequilibrio entre ingresos y gastos del sistema.
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Aumento del Déficit: Actualmente, el sistema requiere una inyección anual de 55.000 millones de euros para cubrir sus necesidades, fondos que provienen de otras partidas presupuestarias o se obtienen mediante endeudamiento público.
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Baja Cultura de Ahorro Complementario: En comparación con otros países europeos, como Países Bajos o Dinamarca, en España hay una escasa implantación de planes de pensiones privados o de empresa, lo que aumenta la dependencia de la pensión pública.
¿Es sostenible a largo plazo?
Aunque el sistema ha demostrado ser resiliente, los expertos coinciden en que no es sostenible en su forma actual sin reformas significativas. Entre las soluciones propuestas están:
- Fomentar el ahorro complementario: Implementar medidas como el 'auto enrolment', que ha demostrado ser efectivo en países como Reino Unido, para aumentar la participación en planes de pensiones privados o ocupacionales.
- Retrasar la edad de jubilación real: Incentivar la permanencia en el mercado laboral más allá de la edad legal.
- Aumentar la productividad y el empleo: Generar empleo de calidad para aumentar las contribuciones a la Seguridad Social.
- Reducir el gasto en pensiones: Ajustar el importe de las pensiones para alinearlo con las capacidades económicas del sistema, algo que puede ser políticamente sensible.
¿Qué se piensa hoy en día?
El sistema de pensiones en España, aunque sólido en términos de cobertura y equidad, enfrenta retos estructurales que requieren reformas profundas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. La clave radica en equilibrar los derechos de los jubilados con la capacidad económica del país y la necesidad de no sobrecargar a las futuras generaciones. Sin consenso político y social, el futuro del sistema seguirá siendo incierto.