Fiesta Nacional de 2025

La Fiesta Nacional de 2025: ausencias, gestos políticos y mensajes de unidad en un desfile marcado por la tensión

La Fiesta Nacional de 2025

El desfile del 12 de octubre dejó un ambiente de cordialidad entre rivales, pero también tensiones políticas, ausencias destacadas y gestos con fuerte carga simbólica.

El Día de la Fiesta Nacional volvió a reunir este domingo en Madrid a las principales figuras políticas del país bajo la atenta mirada de miles de ciudadanos que llenaron el Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos. Sin embargo, más allá del desfile y del homenaje a las Fuerzas Armadas, el protagonismo político lo acapararon las ausencias, los gestos y las declaraciones cruzadas en un contexto de polarización creciente.

Un desfile marcado por la política y la imagen institucional

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asistió al desfile mostrándose distante y poco comunicativo, según testigos presentes en la tribuna, donde fue recibido con pitos y abucheos por parte del público. Sánchez permaneció atento al teléfono móvil y apenas intercambió palabras con otros dirigentes.

En el otro extremo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aprovechó su presencia para reivindicar la unidad nacional y denunciar que el jefe del Ejecutivo “ha decidido no ser el presidente de todos los españoles”, acusándolo de fomentar una “guerra de trincheras y de odios”.

Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, rompió con el tono más beligerante de otros compañeros de partido y reclamó “recuperar el espíritu constitucional” ante la “extrema polarización y el frentismo premeditado” que, según dijo, se alimenta “desde las instancias nacionales”.

Abascal rompe el protocolo y Almeida le reprocha el gesto

Entre las ausencias más notables destacó la del líder de Vox, Santiago Abascal, quien renunció a ocupar su asiento en la tribuna de autoridades y siguió el desfile desde la calle, justificando su decisión en la necesidad de “no fingir normalidad con un Gobierno corrupto y traidor”.

Abascal aseguró que el Rey Felipe VI no interpretaría su gesto como un desaire hacia la Casa Real, pese a las críticas recibidas. “Hay muchos que quieren tergiversar las cosas”, señaló el dirigente, que reiteró sus ataques a Sánchez, al que calificó de “indecente y corrupto”.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le respondió desde la tribuna: “El Rey está por encima de todos”, subrayó, antes de recordar que “es mejor estar en la lista de los que vienen y apoyan al Rey que en la de quienes deciden no hacerlo”.

Cinco ministros ausentes y clima de cordialidad en la tribuna

En la tribuna de autoridades, las sonrisas y los saludos entre rivales políticos marcaron el tono del acto, en contraste con la tensión habitual del debate parlamentario. Incluso hubo bromas entre ministros y vicepresidentas por las bolsas de obsequios que entrega la organización.

Aun así, cinco ministros del Gobierno no asistieron al desfile, tres de ellos de Sumar: Mónica García, Sira Rego y Pablo Bustinduy, todos en viaje oficial. También faltó la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

Pese a las ausencias, el resto del Ejecutivo y buena parte de los presidentes autonómicos acudieron a la cita, junto a los Reyes y sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, quienes presidieron por primera vez juntas el acto.

Miles de ciudadanos muestran su apoyo a las Fuerzas Armadas

Fuera del ámbito político, la jornada se desarrolló en un ambiente festivo. Miles de madrileños salieron a las calles para aplaudir a las Fuerzas Armadas durante el desfile militar, que este año redujo su componente aéreo debido al mal tiempo.

Las banderas de España cubrieron balcones, fachadas y ropas de los asistentes, que llenaron el centro de la capital entre cánticos y muestras de orgullo nacional. Según fuentes de la Delegación del Gobierno, el evento se desarrolló sin incidentes.

El desfile terrestre y los honores a la bandera volvieron a ser los momentos más emotivos del acto, con la participación de casi 4.000 efectivos entre militares, guardias civiles, policías nacionales y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Entre la unidad y la división

Pese a los llamamientos a la concordia, la Fiesta Nacional volvió a reflejar la división política que atraviesa España. Mientras unos dirigentes apostaban por “celebrar lo que nos une”, otros aprovecharon la visibilidad mediática del 12 de octubre para marcar distancias ideológicas o lanzar mensajes de oposición.

Aun así, en un clima político tenso y con varios frentes judiciales abiertos, la imagen conjunta de los principales líderes institucionales en torno al Rey Felipe VI sirvió como recordatorio del papel unificador de la monarquía y de la importancia simbólica de esta jornada para el país.