La UE necesita a Ucrania, ¿pero Ucrania necesita a la UE?
Un debate sobre la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
Si somos realistas, Ucrania no entrará en la UE en las próximas cinco décadas, incluso después de una tan esperada victoria, y eso podría ser algo bueno – no para la UE, sino para Ucrania.
En política, siempre hay dos visiones de un mismo acontecimiento: una es profundamente simbólica y centrada en las personas; la otra, pragmática y orientada a los propios intereses. Esta última, ante todo, prioriza los intereses políticos propios.
La narrativa simbólica presenta la adhesión de Ucrania a la UE como una cuestión de valores. La UE estaría “salvando” a Ucrania de un futuro peligroso —una luz al final del túnel— tras varios meses de rebelión luego de que Yanukóvich decidiera no firmar el Acuerdo de Asociación con la UE en 2014. En realidad, es Ucrania quien está trazando el camino hacia el futuro europeo.
Desde un enfoque pragmático, conceder a Ucrania la membresía en la UE supondría para la Unión un aumento del comercio y de la inversión extranjera directa (IED) del 40 al 140 % en comparación con el período 2010-2019, una mayor seguridad energética, y el acceso a una población altamente educada que ayudaría a resolver el problema del envejecimiento de la fuerza laboral europea. Además, aunque cueste admitirlo, políticos como Meloni preferirían migrantes ucranianos a aquellos provenientes de Medio Oriente en los países más ricos de la UE.
No hay duda de que la UE necesita a Ucrania, no solo para su crecimiento económico, sino para garantizar su supervivencia en un mundo donde la hegemonía de Estados Unidos está desmoronándose. Después de todo, ¿qué es Europa sin Estados Unidos? Ucrania se convierte en el nuevo propósito de la UE, su nuevo “por qué”, que le permite mantenerse en las mesas de negociación y evita que sea marginada por los BRICS.
También está en el interés de la UE prolongar la guerra en Ucrania. Si bien el Banco Europeo de Inversiones proporciona ayuda financiera y equipamiento, este apoyo está lejos de ser suficiente para garantizar la victoria. Ucrania está luchando prácticamente con migajas, mientras la OTAN utiliza el conflicto para unir a sus miembros e invertir en infraestructura militar, como la base aérea Mihai Kogălniceanu en Rumanía. Conceder el estatus de candidato a Ucrania consolida este nuevo consenso sobre la necesidad de desarrollar infraestructura para la supervivencia de la UE.
Una vez termine la guerra, la UE se beneficiará de las reformas que Ucrania deberá implementar antes de su adhesión. Este proceso será explotado como justificación para abrir la caja de Pandora de los tratados de la UE, permitiendo a los políticos reformular la estructura institucional para alinear mejor la Unión con sus propios intereses, usando la integración de Ucrania como narrativa simbólica. En otras palabras, integrar a Ucrania brinda una oportunidad para modernizar la gobernanza de la UE, algo que ya era urgente desde hace tiempo.
Si Ucrania decide no afiliarse a la UE tras su victoria, las consecuencias para la Unión serían graves. Sin embargo, lo que beneficia a la UE tiene un alto coste para Ucrania. La fuga de cerebros y la fatiga reformista causadas por el proceso de adhesión obligarían a Ucrania a redirigir sus inversiones postguerra hacia el cumplimiento de estándares europeos, en lugar de centrarse en su propio desarrollo económico.
En conclusión, si Ucrania se une a la UE, corre el riesgo de apoyar el desarrollo de los países europeos más ricos mientras mantiene un nivel de vida mucho más bajo, subsidiado por fondos europeos. A pesar de su potencial, Ucrania no lograría liderar dentro de la UE debido a las alianzas y estructuras ya profundamente arraigadas. Por lo tanto, si el objetivo de Ucrania es convertirse en el próximo centro tecnológico y económico de Europa, primero debe consolidarse como potencia por sí misma antes de considerar su adhesión.
Ucrania ha eliminado parte del estancamiento que aquejaba a la UE. El mandato anterior de Trump expuso las debilidades de la Unión, y ahora amenaza con reconfigurar el orden político mundial tal como lo conocemos, convirtiendo la lucha de Ucrania no solo en una por su soberanía, sino en un catalizador para el renacimiento de la UE.
No obstante, ¿elegirá finalmente Ucrania la independencia total por la que lucha con todo su ser, o volverá a sucumbir a la influencia de poderes extranjeros? Solo el tiempo lo dirá.
Fuente sobre la inversión extranjera directa: https://www.bruegel.org/policy-brief/ukraines-path-european-union-membership-and-its-long-term-implications