Crónicas de nuestro tiempo

El servicio social de la sección femenina

Al igual que los chicos, las jovencitas también tenían que hacer un tipo de servicio social que el gobierno de Franco recomendaba, y que sin ser
necesariamente obligatorio resultaba esencialmente imprescindible.

El "Servicio Social de La Sección Femenina" se constituyó en 1934 como una extensión más de la Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera, siendo dirigido dicho servicio social femenino por su hermana Pilar, siguiéndola en 1.937 Mercedes Sanz Bachiller.

En 1.977 fue disuelto por el CDS, primer gobierno de la transición de la democracia, cuyo presidente fue, Adolfo Suárez.

Después de la guerra civil, Franco, decidió hacer depender este servicio femenino, del Estado, a fin de enseñar a las jovencitas en vías de noviazgo previo al casamiento, a formarse cómo unas buenas hijas, madres y esposas.

Para Franco era una obsesión, que los españoles fuésemos un pueblo grande, unido y libre de la influencia comunista, separatista y política.

Sobre los años 50, la acción católica propugnaba un tipo de mujer entregada a un papel de sacrificio, sumisión y servicio frente al varón, que derivase en tres áreas: la religiosa, la familiar y la práctica, buscando una sólida preparación que capacitase a las mujeres para hacerse cargo del hogar y el núcleo de la familia.

Esta actividad formativa denominada “Servicio Social” , se convirtió en obligatoria para las mujeres solteras de 17 a 35 años, con una duración de seis meses y 6 horas diarias, generalmente en ciudades ya que los pueblos no podían gestionar la actividad.

El curso de adiestramiento se realizaba bajo los siguientes módulos:
3 meses dedicados a las tareas de madre, esposa y católica; 3 meses de trabajo en comedores, hospitales, empresas de cualquier actividad, etc., con independencia de su trabajo habitual (.!.) lo que de alguna manera constituyó un abuso en muchos casos donde la mano de obra gratuita en determinadas empresas privadas se enmarcaba más como un puesto sin remunerar que como formación profesional, por lo que en 1.946 se decidió modificar dicha prestación para que las obreras pudieran ampliar 2 horas más en sus centros habituales de trabajo y de esta forma el profesorado de la “Sección femenina” se desplazaba al lugar de trabajo de la mujer para evitarla el traslado diario de un sitio a otro, lo que demuestra la importancia que daba Franco a gestar esposas preparadas para afrontar un matrimonio con los enigmas, incógnitas y contratiempos propios de un hogar con hijos y un marido con la mili hecha.

La formación impartida, otorgaba a la mujer una preparación profesional como futura madre, hija, esposa, cuidadora y trabajadora, que incluía las labores intrínsecas del hogar; el conocimiento de los cuidados de los bebes; atención de ancianos y enfermos; primeros auxilios elementales, así como la orientación para trabajar en hoteles, restauración, colegios, tiendas de ropa y arreglos, peluquerías, comercios, oficinas, etc., pero sobre todo, las obligaciones propias de una buena madre y esposa para un hogar feliz.

Recordemos que solo estamos hablando del "Servicio Social Femenino" en contraste con la "Mili" en los hombres jóvenes. La mención, es por aquellos que intentando desmontar la bondad y consecuencia de esta obligación, quieran traer a colación la falta de derechos de la mujer y dependencia del padre o marido. No estamos analizando eso. Simplemente rememorando un compromiso de las jóvenes mujeres, tras cuyos defectos y virtudes aquellas madres tuvieron un formación complementaria con la aprendida en casa, que sirvió para unas generaciones de mujeres cuyos hogares y núcleo familiar duraron y duran décadas, que mejor o peor, nada tiene que ver con los matrimonios actuales cuyo porcentaje de divorcio o separación oscila dentro de los primeros 5 años en el 70%.

Aquellas mujeres estaban preparadas para transigir, valorar, reflexionar y luchar por mantener la familia unida por la felicidad de los hijos; la reputación frente a los vecinos y la resignación por el bien de todos. En cambio, hoy día y posiblemente por evolución, las mujeres y hombres no tienen aguante ni reflexión, ni valoran el compromiso como el hecho vital que da sentido a la naturaleza de nuestra especie.

Venimos al mundo para formar una familia (aunque a veces la felicidad y la virtud sea otra) y.., resucitar nosotros mismos en nuestros hijos constituye la verdadera resurrección. Resucitar como espíritus angelicales cómo dijo Jesús en Marcos, 12: 25 "Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en casamiento, más son como los ángeles que están en los cielos" supone otra cosa muy diferente  que ahora no viene al caso.

Vivir para desarrollar la esencia intrínseca del  fundamento de la vida (en el reino animal, aparearse es trascendental para ellos, y tan es así, que algunos mueren en el empeño) es un principio que lamentablemente no se enseña en la escuela, porque se busca la independencia anárquica y la dependencia del Estado. Por eso, la clave de los gobiernos es: "Los hijos no son de los padres y el matrimonio incluso civil, ha de extinguirse" como concepto Woke que los retrógrados han sellado como un objetivo alcanzable en busca de un nuevo sistema de cosas que desintegre todos los parámetros conocidos. 

Lo cierto es que según avanzaba la dictadura de Franco, las mujeres -mientras en la primera democracia del mundo de Estados Unidos, entre otros muchos países, el racismo criminal era un ritual habitual- comenzaron a fraguar su independencia ejerciendo valor en infinidad de trabajos laborales. Es cierto que no boxeaban entre ellas, ni jugaban al fútbol, ni ejercían trabajos de policía, guardia civil, militar, transportista, conductoras de autobuses, luchadoras, etc., porque aquellas profesiones se consideraban de hombres y a las mujeres se les reservaban labores delicadas, femeninas y sensibles. Imperaba la falda, los tacones y el perfume, en contraste con los pantalones, los zapatos de suela y el olor a tabaco o toalla mojada (evidentemente no todas).

Para determinados trabajos y especialmente para optar a plazas del Estado, se requería disponer del Certificado de “Servicio Social” así como para solicitar ciertos certificados como por ejemplo el de estudios. La exención se otorgaba exclusivamente a las madres de familia, religiosas y mujeres cuya dependencia de terceros las impedía realizar dicha labor formativa (mujeres casadas o que habían perdido al padre, la madre, un hijo, un hermano o el marido, durante la guerra civil).

Si hoy, el gobierno Woke, Lgtbi+ de la agenda 20/30 y 50, impusiera a criterio, un "Servicio Social de género" las materias a enseñar serían:
- Manejo, arte y habilidades con el dedo de la palabrota.
- Manejo, arte y habilidades con placeres eróticos orto-vaginales.
-  Uso, propiedades, cuidados y rendimientos del Satisfyer.
- Como someter a la pareja.
- Como convencer al hombre para que cocine, lave, planche, limpie y curre para apaciguar el animal que por naturaleza lleva dentro.
- Primero tu y luego los demás
- La cocaína bien utilizada durante el sexo.
- El porro y sus propiedades benefactoras.
- El aseo es un gasto inútil.
- Como limpiarse el culo con un confeti.
- El Dios cristiano es un mito
- Dios era socialista
- Satanás era de derechas
- El respeto al Islam
- La bisexualidad nos hará libres.
- Las derechas son el peligro del mundo
- Piedad para los okupas
- Los tríos, suman más que la pareja.
- Robar es un recurso para sobrevivir
- Mentir, es un recurso para sobrevivir
- Los empresarios crean paro
- Fijos discontinuos en las relaciones de pareja.
- El fascismo es una pandemia.

Solo nos queda recordar y admitir, qué, de aquella España del bienestar que vivimos entre los años 1.960 / 2.005, solo queda la nostalgia, la esperanza y el miedo.