Economía sin corbata: lo que nadie te dice pero todos necesitan saber

Ofertas de M, compras que sobran: bienvenido al Black Friday

Cada año, cuando llega el Black Friday, las tiendas se llenan de ofertas "irrepetibles", gente corriendo como si regalasen oro, y tú creyendo que estás ganándole al sistema. Si este viernes negro tiene algo de especial, es que probablemente estás pagando más por algo que no necesitabas.

El Black Friday no se basa en lo que necesitas, sino en lo que crees que necesitas. ¿Una freidora de aire? Por supuesto, aunque ya tengas tres en casa. ¿Un smartwatch? Seguro, aunque ni salgas a correr. El marketing ha convertido tu FOMO (miedo a perderte algo) en un arma de destrucción masiva para tu tarjeta de crédito.

La psicología detrás de todo esto es brutal. Nos encanta sentir que ganamos, y el "antes" y "ahora" nos da una falsa sensación de triunfo. ¿El resultado? Compras cosas que no necesitas, con dinero que no tienes, para impresionar a gente que no le importa. ¿Te suena?

Esto es lo que no quieren que sepas: el Black Friday no es imprescindible. ¿Qué pasa si te saltas el frenesí de consumo y decides pensar antes de gastar? Absolutamente nada. La vida sigue, las ofertas vuelven (siempre vuelven) y lo que hoy parece "único" estará el lunes en rebajas online. Pero claro, eso no te lo dicen porque su negocio depende de que seas un comprador compulsivo por un día.

La pregunta importante: ¿estás comprando porque lo necesitas o porque crees que te estás perdiendo algo si no lo haces? Si es lo segundo, ya estás atrapado en el juego. 

¿Te dolió? Perfecto, significa que es verdad. Comparte este artículo con el amigo que ya tiene el carrito lleno de ofertas y dile: “Quizá este año sea el que te despiertas”. O no, porque igual el viernes negro ya te tiene atrapado.