La receta

Farmacia efervescente

En la elaboración de medicamentos también han existido y existen modas, como lo fueron durante muchos años las preparaciones efervescentes, hoy reducidas a algunas vitaminas, analgésicos y antiácidos. Pero la moda, ya lo sabemos desde Coco Chanel, es lo que se pasa de moda, aunque el estilo permanezca; y en el caso de los medicamentos, el estilo se enmarca en lo que hoy se denomina ‘innovación incremental’, un conjunto de modificaciones, que permiten mejorar la absorción, evitar algunos efectos secundarios e incluso facilitar la administración en niños o ancianos.

La moda de las preparaciones efervescentes, tuvo su origen en las aguas minero-medicinales y la afición a los balnearios de nuestros antepasados con su mayor exponente en el mundo anglosajón en los “Polvos de Seidlitz”, que fueron muy populares desde fines del siglo XIX hasta entrado el XX. Sus virtudes laxantes y depurativas, llegaron a nosotros con publicidad en gran número de revistas de la época: Nuevo Mundo, Blanco y Negro, La Ilustración Española, etc. 

Sifón de Farmacia

Sifón de farmacia. Colección del autor. Finales del S.XIX. En la bola inferior se introducían normalmente acido tartárico y bicarbonato que, al añadirles agua, producían en la esfera superior agua carbónica que se dosificaba con el grifo que está en el centro

En los Estados Unidos el agua carbónica se conoció al principio como “Soda Water”, nombre derivado de su riqueza en sodio, hasta finales de la 2ª guerra mundial, cuando se puso de moda el término: “Seltzer Water”. En España, se popularizaron los sifones en las farmacias, donde se podía tomar un vaso de agua carbónica, en ocasiones con algún componente medicinal

Burbujas en la farmacia

Otras marcas de sales efervescentes aparecieron en Gran Bretaña, Italia, Estados Unidos, y más tarde en el resto del mundo. El nombre de sales de frutas, o sales de uvas, que algunas adoptaron tiene su fundamento en la presencia de los ácidos tartárico y cítrico, productos típicos de la fruta. Entre ellas ha permanecido la Sal de Fruta Eno, inventada por James Crossley Eno, en 1880 que se sigue comercializando actualmente, en España. 

También han sido muy populares los llamados ‘litines’ en los que solo hubo sales de litio hasta que se comprobó su toxicidad. A partir de ese momento permanece el nombre, pero a base de un ácido orgánico y bicarbonato para producir gas carbónico añadiendo agua.

Caja de litines

 

Caja de litines

Caja de litines Sales Busto. Colección del autor, y litines del Doctor Gustín de 1907. Wikipedia.

Actualmente los comprimidos, granulados y polvos efervescentes se reducen a unas pocas preparaciones de vitaminas por ejemplo el Redoxón efervescente con vitamina C, analgésicos como el Alka-Seltzer, o el que recomendaba en otro artículo para la resaca: Lebersal.

Y como siempre, una advertencia: ni siquiera estos medicamentos que ahora nos parecen tan inocentes, han dejado de dar disgustos, como bien nos lo indica un epitafio con más de cien años en el cementerio de Burlington, en Vermont USA: “Aquí yace el cuerpo de Mary Ann Lowder. Reventó bebiendo polvo de Seidlitz. Llamada desde este mundo a su reposo celestial. Debería haber esperado a que entrase en efervescencia”