Reflexiones Australes
La derecha gobernará en Chile
19 de noviembre de 2025 (10:06 h.)
Se acaba el misterio. El 14 de diciembre los chilenos elegirán un nuevo presidente. Su nombre José Antonio Kast Rist, 59 años, abogado, exdiputado y representante del Partido Republicano. Es un hombre de derecha, sin complejos, sin dudas, y un chileno patriota. La izquierda chilena ha sucumbido una vez más. Los jóvenes “progresistas” han perdido su oportunidad, entre la ignorancia y la arrogancia. Se espera que Kast obtenga el 60% de los votos, en la segunda y definitiva vuelta electoral. La centroderecha desaparece, también los democristianos y todos aquellos que creen que los problemas de Venezuela, Cuba y Nicaragua se resuelven dialogando. Kast ya ha planteado las claves de su gobierno, empezando por recuperar la seguridad interna, controlar las fronteras, expulsar a los ilegales que sean delincuentes y minimizar el tamaño del Estado. Se reducirá el número de ministerios y se retomará el desarrollo económico como objetivo clave. No más lenguaje inclusivo, no más mala memoria histórica, no más listas de espera en hospitales y no más persecución a la policía. Tras la primera vuelta electoral, en que Kast llegó segundo, la derecha se ha unido y todos irán a la carga en contra de la comunista Jeannette Jara, quién ahora se declara de “centro”. Cual malabarista, reniega de su pasado y se presenta como defensora de la libertad, del mercado y de la seguridad interna. En Chile ya se respira otro aire, menos fétido. La bolsa sube, las inversiones se reactivan y Kast empieza a armar sus equipos de gobierno y también quienes representarán a Chile en el exterior. No más amigos oportunistas, no más “progres”, no más admiradores fanáticos de la ONU y sus filiales. Pronto Kast se reencontrará con Milei y Chile recuperará el respeto que nunca debió perder. Las calles y plazas que llevan el nombre de Salvador Allende irán siendo cambiadas por héroes de la Patria y figuras destacadas. No más veneración a un marxista que en tres años destruyó la economía y dividió a los chilenos. Se recuperará la cultura como algo transversal y no perteneciente a la izquierda ideologizada. Se intervendrá la educación, para que los niños aprendan de Chile, de sus valores y de sus tradiciones. No más lavado de cerebro en las escuelas públicas. La bandera chilena flameará en todo el territorio, sin competencia y con el debido respeto que ella se merece. El pueblo chileno se aburrió de las promesas de un gobierno inepto, de poca categoría y poco respetuoso de la experiencia de los mayores. En cuanto a la relación con España, no hay duda de que aumentarán los flujos de comercio y de inversión, en el entendido que el actual gobierno de España entienda, que Chile cambió. Chile no importará más ideas “podemistas”, o invitará a foros con Pablo Iglesias de expositor. Se acabó el recreo en Chile. Llegó la hora de trabajar más y no menos, de estudiar más y no menos. Las lagartijas no seguirán deteniendo los proyectos de inversión y los ambientalistas a ultranza, tendrán que moderar sus aspiraciones. Se siente, se siente, Kast Presidente.