PIB español

La economía española mantiene el crecimiento por encima de la media europea pese a los riesgos estructurales

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El PIB español crecerá un 2,3% en 2025, frente al 1% de la eurozona, impulsado por la inversión y el empleo, aunque persisten amenazas como el déficit habitacional y el proteccionismo global

La economía española mantiene una trayectoria de crecimiento sólida, con un avance estimado del 2,3% para 2025, según el informe de previsiones publicado por Funcas. Este crecimiento sigue superando la media de la eurozona, que se estima en un 1%, y se apoya principalmente en la demanda interna, especialmente en la inversión y la creación de empleo.

Moderación del crecimiento pero con bases estables

Los datos del primer trimestre de 2025 consolidan un crecimiento intertrimestral del 0,6%, con una mejora en la inversión –particularmente en construcción– y un consumo privado más dinámico de lo inicialmente previsto. Sin embargo, el consumo público cayó, y las exportaciones turísticas sufrieron un leve retroceso. A pesar de ello, la economía logró mantener el nivel de expansión observado en el cuarto trimestre de 2024.

Para el segundo trimestre, se espera una ligera desaceleración hasta el 0,5%, debido a señales de menor dinamismo en la industria y los servicios. No obstante, el mercado laboral sigue robusto, con un crecimiento del empleo del 0,6% y un aumento de la afiliación a la Seguridad Social.

Inversión y vivienda: claves del crecimiento

La formación bruta de capital fijo ha recuperado el nivel prepandemia y continúa al alza, lo que refuerza la previsión de un incremento del 4,6% en la inversión para 2025. La actividad constructora responde positivamente a la demanda, aunque de forma contenida. En 2024 se terminaron 101.000 viviendas, la cifra más alta en 13 años, pero insuficiente para cubrir el aumento neto de hogares. El déficit acumulado de vivienda alcanza ya las 600.000 unidades, lo que representa una amenaza para la sostenibilidad del crecimiento a medio plazo.

Consumo privado y dinamismo poblacional

El consumo de los hogares se ha beneficiado del crecimiento de la población extranjera, que ha compensado el descenso de la población nacida en España. Desde la pandemia, la población ha crecido en 1,8 millones de personas, impulsando el consumo. No obstante, el ritmo de crecimiento demográfico se ha moderado en 2025, lo que podría explicar una desaceleración en el consumo privado.

La tasa de ahorro de los hogares, situada en el 12,8%, sigue siendo elevada, lo que proporciona cierto colchón ante eventuales tensiones. Además, la renta per cápita crecerá por encima de la inflación este año, consolidando la capacidad de gasto de los hogares.

Riesgos inflacionistas y política monetaria

La inflación general se ha moderado en los últimos meses, situándose por debajo de la subyacente debido al encarecimiento persistente de los servicios y los alimentos. Se estima que el IPC aumentará un 2,3% en 2025 y un 2% en 2026. El deflactor del PIB, indicador clave de las tendencias subyacentes, se revisa al alza al 2,5% este año.

El Banco Central Europeo ha reducido su tipo de depósito hasta el 2% en junio, en su octava bajada consecutiva desde mayo de 2024. Esta relajación monetaria ha impulsado el crédito, especialmente el destinado a la compra de vivienda, y ha contribuido a mejorar las condiciones financieras.

Sector exterior y política fiscal

El sector exterior restará crecimiento debido al endurecimiento del contexto comercial global. El repunte del proteccionismo por parte de Estados Unidos, con aranceles generalizados del 10% a las exportaciones europeas, lastrará especialmente las ventas de bienes. No se prevén medidas recíprocas desde Europa para evitar inestabilidad financiera, aunque la incertidumbre persiste.

En el plano fiscal, se prevé que el déficit público se reduzca al 3% del PIB en 2025 y al 2,8% en 2026. A pesar de esta mejora, la deuda pública seguirá rondando el 100% del PIB, lo que limita el margen de maniobra del Estado ante posibles shocks económicos. La rentabilidad exigida por los inversores para adquirir deuda soberana se ha incrementado, lo que tensiona los costes financieros.

Previsiones y sostenibilidad del crecimiento

Para el periodo 2025-2026 se estima la creación de 340.000 empleos anuales, con una tasa de paro que bajará al 9,6% a finales de 2026. La inversión en vivienda continuará creciendo, pero el déficit habitacional no se corregirá hasta 2037, según las proyecciones de Funcas.

El saldo por cuenta corriente seguirá en positivo, aunque se reducirá por la ralentización de las exportaciones y el aumento de las importaciones. La apreciación del euro contribuirá a moderar la inflación al abaratar las importaciones.

España mantiene una posición destacada en el contexto europeo, con un crecimiento económico robusto, sostenido por la inversión y el empleo. Sin embargo, la escasez de vivienda, el proteccionismo global y la limitada capacidad fiscal representan riesgos latentes que podrían frenar el dinamismo actual. La necesidad de políticas estructurales a largo plazo se impone como condición para preservar la estabilidad y el crecimiento sostenido en los próximos años.