Educación

Rechazo al veto de pantallas en la educación: Escuelas concertadas y sindicatos denuncian falta de diálogo y retroceso pedagógico

Niños dispositivos digitales - Freepik
Escuelas Católicas de Madrid (ECM) y CECE-Madrid critican la falta de consenso y advierten sobre el impacto en la autonomía de los centros

El anuncio de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid sobre la prohibición del uso individual de pantallas en Infantil y Primaria en centros sostenidos con fondos públicos ha generado un fuerte rechazo entre colegios concertados, asociaciones educativas y sindicatos de docentes.

Desde Escuelas Católicas de Madrid (ECM) han denunciado que la medida, que aún se encuentra en fase de proyecto, se ha tomado sin diálogo previo con los centros educativos, lo que consideran un "menosprecio al esfuerzo de digitalización" realizado en los últimos años.

"La escuela debe formar a los alumnos en la sociedad digital en la que viven. Prohibir las pantallas es un paso atrás que atenta contra la autonomía de los centros", ha señalado Emilio Díaz, secretario general de ECM.

Centros concertados denuncian un retroceso en la educación digital

Desde el Grupo de Colegios Casvi, su CEO, Juan Luis Yagüe, ha calificado la medida como un "sinsentido y una auténtica locura". Según él, las pantallas forman parte de la enseñanza moderna y los colegios deben educar en su uso responsable, en lugar de eliminarlas de las aulas.

"La escuela no puede ser ajena a la tecnología. ¿Cómo van a aprender los niños a manejarla de forma adecuada si no se les educa en ello desde pequeños?", ha cuestionado Yagüe.

Además, los colegios concertados denuncian que esta prohibición "va en contra de la normativa básica y la libertad de cada centro para definir su modelo educativo". Muchos de estos colegios han invertido grandes sumas en digitalización, incluyendo la compra de dispositivos y la formación de profesores, en línea con la estrategia europea y estatal.

Los sindicatos: "Un ataque a la labor del profesorado"

Desde la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), el responsable de Educación en Madrid, Miguel Ángel González, ha señalado que la medida es "un ataque directo al profesorado" porque pone en duda su capacidad para gestionar los recursos tecnológicos en el aula.

"Se han invertido recursos públicos en la formación docente y en la adquisición de tecnología. Ahora, de repente, se restringe su uso sin consultar a quienes trabajamos cada día en los centros", ha afirmado González.

El sindicato también advierte sobre el impacto en aquellos colegios que ya habían implementado un modelo educativo basado en herramientas digitales, pues la prohibición les obligaría a modificar su metodología sin previo aviso.

Un debate sobre la integración tecnológica en la educación

Los críticos de la medida argumentan que el problema no radica en el uso educativo de la tecnología en las aulas, sino en el uso descontrolado fuera del colegio.

"El verdadero problema está en los hogares, donde los niños pasan horas con pantallas sin supervisión. En el colegio, están bajo la dirección de un profesor y las herramientas digitales tienen un propósito educativo", ha explicado Yagüe.

Desde CECE-Madrid, han pedido que se abra un proceso de diálogo con el sector educativo y se permita a los centros mantener su autonomía.

"No se trata de elegir entre papel o pantallas, sino de encontrar un equilibrio que prepare a los alumnos para el mundo digital en el que viven", han concluido.

Incertidumbre sobre la aplicación de la medida

Mientras el decreto sigue en fase de proyecto, los colegios y sindicatos exigen mayor claridad sobre su aplicación y que se tenga en cuenta la opinión de docentes y familias antes de tomar una decisión definitiva.

"Necesitamos pautas y regulaciones, no prohibiciones que ignoren la realidad de la educación actual", han sentenciado desde Escuelas Católicas.