La Comunidad defiende su gestión del COVID-19 y responde a las críticas en el quinto aniversario de la pandemia
La región, que fue una de las más afectadas en la primera ola, atribuye la virulencia del virus en su territorio a su posición como centro neurálgico del país, la elevada densidad de población y la falta de control en el aeropuerto de Barajas, una medida que reclamó sin éxito en varias ocasiones.
Entre las principales actuaciones de la Comunidad de Madrid durante la pandemia, destacan la coordinación entre el sistema sanitario público y privado, la construcción del Hospital de IFEMA en 72 horas, donde se atendieron miles de pacientes, y la puesta en marcha del Hospital público Enfermera Isabel Zendal en solo 100 días, que recibió a más de 10.000 personas.
La administración regional también reivindica su estrategia para compaginar la lucha contra el virus con el mantenimiento de la actividad económica, lo que generó interés internacional y le valió reconocimiento de distintas entidades. Frente a esta política, el Gobierno central impuso restricciones que, según la Comunidad, perjudicaron el tejido económico madrileño.
Madrid subraya su papel pionero en la lucha contra el virus con medidas como la distribución masiva y gratuita de mascarillas FFP2, la implantación de un sistema de análisis de aguas residuales para predecir la evolución del virus y la apertura de 14 hoteles sanitarizados para atender a enfermos. Además, fue la primera comunidad en realizar test de antígenos gratuitos en farmacias, distribuir test masivos y establecer restricciones específicas por zonas básicas de salud, en lugar de cierres generalizados.
Respecto a la situación en las residencias de mayores, la Comunidad de Madrid asegura que no hubo ninguna orden política que impidiera el traslado de mayores a hospitales y que durante la primera ola el SUMMA 112 atendió a 11.200 mayores procedentes de residencias. Madrid también destaca que las principales sociedades médicas españolas avalaron la gestión hospitalaria y residencial llevada a cabo.
En contraste, el Gobierno central, según la Comunidad, mostró descoordinación y rectificaciones constantes en la gestión de la pandemia. Desde la negativa inicial a usar mascarillas hasta los cambios de criterio sobre confinamientos, cierre de peluquerías o restricciones a la hostelería, Madrid recalca que muchas de sus propuestas fueron inicialmente rechazadas por Moncloa para ser posteriormente adoptadas.
Ante el reciente impulso de una comisión ciudadana impulsada por representantes afines a la izquierda para investigar la gestión de la pandemia en las residencias, la Comunidad de Madrid denuncia la existencia de un "tribunal popular" con intenciones partidistas. Además, recalca que la Justicia española ha archivado más de 60 casos relacionados con la gestión de la crisis en residencias, desestimando la existencia de irregularidades.
La Comunidad insiste en que el número real de fallecidos en residencias fue de 4.100 y no la cifra superior que, según la administración autonómica, fue difundida de manera errónea por antiguos responsables del área. Por último, Madrid asegura que nunca ha recibido peticiones de víctimas de la pandemia para ser atendidas, pero que está dispuesta a reunirse con ellas cuando así lo soliciten.