Los universitarios españoles, satisfechos pero sin entusiasmo con su formación
El II Informe de Satisfacción del Estudiantado Universitario destaca la necesidad de mejorar la atención a los alumnos y la personalización del aprendizaje
La universidad sigue siendo la opción educativa superior más atractiva en España, pero el nivel de satisfacción de los estudiantes aún tiene margen de mejora. Así lo refleja el II Informe de Satisfacción del Estudiantado Universitario, impulsado por el Observatorio de la Asociación Espacios de Educación Superior (ESdeES), que pone de manifiesto tanto los puntos fuertes como las debilidades del sistema universitario español.
Con más de 1.800.000 estudiantes matriculados en grados, másteres y doctorados, la universidad española vive un momento de récord en cuanto a número de alumnos. Sin embargo, su nivel de satisfacción es de 3,30 sobre 5, lo que refleja una percepción positiva, pero sin entusiasmo.
“El foco debe estar en el estudiantado. Las universidades pueden hacer mucho más para mejorar su experiencia, desde vincular la carrera de los profesores a su actividad docente hasta facilitar el acceso a estancias en otras universidades y prácticas en empresas”, señala Alfonso González Hermoso de Mendoza, presidente de ESdeES.
Las universidades privadas superan a las públicas en satisfacción
Uno de los datos más llamativos del informe es la diferencia de satisfacción entre los estudiantes de universidades públicas y privadas. Mientras que el 34,3% de los alumnos de las públicas recomendaría su universidad, este porcentaje asciende al 58,6% en las privadas.
Además, las universidades privadas no presenciales registran los niveles de satisfacción más altos. “Es paradójico que los estudiantes no presenciales se sientan más atendidos que los presenciales”, afirma González Hermoso de Mendoza, quien considera que las universidades presenciales están infrautilizando su principal valor diferencial: la relación directa entre alumnos y profesores.
Desarrollo personal, más valorado que la empleabilidad
Más allá del aprendizaje académico, la universidad juega un papel clave en la formación personal de los estudiantes. De hecho, uno de los aspectos mejor valorados es el impacto en el desarrollo personal, que obtiene una puntuación de 4,17 sobre 5 entre los antiguos alumnos.
“Incluso aquellos que no terminaron su titulación reconocen que su paso por la universidad ha sido clave en sus vidas”, destaca el presidente de ESdeES.
En contraste, la relación posterior de los egresados con su universidad recibe una valoración baja (3,13 sobre 5), lo que sugiere una desconexión con la comunidad universitaria tras la graduación.
Pese a que la empleabilidad es un factor importante, no es la principal razón por la que los estudiantes eligen su universidad. Aun así, los antiguos alumnos valoran positivamente el impacto de su formación en su vida laboral y económica (3,88 sobre 5).
Atención psicoemocional, la gran asignatura pendiente
El informe también señala una carencia importante en el sistema universitario español: la falta de atención psicoemocional a los estudiantes.
- En las universidades públicas, los alumnos valoran este servicio con un 2,57 sobre 5.
- En las privadas, la puntuación asciende a 3,13 sobre 5.
González Hermoso de Mendoza advierte que las universidades no pueden limitarse a transmitir conocimientos y otorgar títulos. Deben crear entornos inclusivos y ofrecer servicios de apoyo que atiendan las necesidades sociales y emocionales de los estudiantes.
Diferencias de género en la satisfacción estudiantil
El informe revela que las mujeres se muestran más satisfechas que los hombres en 26 de los 28 indicadores evaluados.
Por otro lado, los estudiantes que se identifican con otro género son los menos satisfechos, lo que sugiere que el sistema universitario aún tiene camino por recorrer en términos de inclusión y diversidad.
El profesorado, más optimista que los estudiantes
Mientras los alumnos identifican numerosas áreas de mejora, el profesorado tiene una visión más positiva del sistema universitario.
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Valoración de la enseñanza de habilidades transversales (soft skills):
- Docentes: 3,77 sobre 5
- Estudiantes: 2,90 sobre 5
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Personalización del aprendizaje:
- Privadas: 90,3% de los profesores cree que se ofrece una educación personalizada.
- Públicas: Solo el 70,3% comparte esa percepción.
Una universidad que debe evolucionar
El informe deja claro que hay aspectos clave a mejorar en la educación universitaria en España:
- Mayor flexibilidad en los planes de estudio.
- Mejor aprovechamiento de la enseñanza presencial.
- Más atención psicoemocional y servicios de apoyo.
- Refuerzo del vínculo con los estudiantes tras la graduación.
- Mayor conexión entre universidad y mundo laboral.
“Las universidades deben escuchar más a los estudiantes y hacerlos partícipes de su evolución”, concluye González Hermoso de Mendoza. “No pueden excusarse en la falta de participación; deben generar un entorno atractivo, inclusivo y enriquecedor”.
El reto está claro: transformar la universidad española en una institución que no solo transmita conocimientos, sino que también priorice el bienestar y el desarrollo de sus estudiantes.