Madrid impulsa su expansión hacia Coslada con una nueva centralidad en el este.
La ciudad de Madrid proyecta una de las mayores operaciones urbanísticas de las últimas décadas: un nuevo desarrollo urbano en el distrito de San Blas-Canillejas que contempla la construcción de 20.000 viviendas, un campus tecnológico de vanguardia y dos millones de metros cuadrados de zonas verdes, entre ellas la recuperación del espacio natural de las Lagunas de Ambroz.
Con esta operación, bautizada ya como la nueva centralidad del este, la capital vuelve a rebasar la M-40 para extender su trama urbana hasta los límites con Coslada, acercándose también a municipios como San Fernando de Henares o Vicálvaro. El ámbito de actuación abarcará más de 570 hectáreas comprendidas entre la M-40, la R-3, la M-201 y la M-214, al este del Estadio Metropolitano.
Según ha explicado el Ayuntamiento de Madrid, se prevé la creación de cuatro barrios autónomos y equilibrados, con todas las dotaciones necesarias para que los residentes puedan desarrollar su vida diaria sin depender de otras zonas. El 50% de las viviendas estarán sujetas a algún tipo de protección pública, un aspecto clave para atender la demanda residencial asequible en la capital.
Además del gran eje verde que recorrerá el nuevo desarrollo y de la avenida forestal que lo articulará, el plan contempla también la posibilidad de prolongar las líneas 2 y 7 de Metro para mejorar la conectividad con el centro de la ciudad y otros núcleos del este metropolitano.
El entorno natural de las Lagunas de Ambroz, actualmente degradado y poco conocido por muchos madrileños, será restaurado y transformado en un gran parque urbano de referencia, aportando valor ecológico y social a la operación.
Desde el consistorio se ha informado de que el informe de impacto ambiental ya se encuentra en fase de preparación. Se espera que en los próximos dos o tres meses el proyecto sea presentado ante la Comunidad de Madrid, lo que permitirá iniciar los trámites necesarios para su aprobación.
El inicio de las obras está previsto para dentro de seis o siete años, una vez superadas las fases administrativas, de planeamiento y tramitación medioambiental. La operación aspira a ser un referente de urbanismo sostenible y planificación a largo plazo en la capital.