El PSOE reacciona con firmeza al caso Cerdán: Sánchez pide perdón y anuncia una auditoría interna del partido
Óscar López subraya la contundencia de la actuación socialista y defiende que “nadie está libre de un caso de corrupción, pero sí de no actuar ante él”
El caso de presunta corrupción que salpica a Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, ha provocado una enérgica reacción del partido, que ha buscado marcar distancia de inmediato con cualquier intento de encubrimiento. El secretario general del PSOE-M y ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, ha sido tajante: “Este partido actúa cuando es en casa”.
En una entrevista concedida a la Cadena Ser, López destacó la diferencia entre el PSOE y otras formaciones, afirmando que mientras unos “ocultan o niegan”, el Partido Socialista actúa con responsabilidad y celeridad. La destitución de Cerdán se produjo horas después de conocerse el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que vincula al ex número tres del partido con amaños en contratos públicos junto al exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García.
Según López, lo más grave no fue solo el contenido de las conversaciones interceptadas —que calificó como “infumables”—, sino la actitud de Cerdán, quien negó repetidamente los hechos incluso ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Las personas fallan”, dijo el ministro, visiblemente afectado, “pero más grave aún es que sigan negándolo hasta el final”.
Ante este nuevo escándalo, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez compareció públicamente para pedir perdón, un gesto poco habitual en la política española. Anunció además la realización de una auditoría interna de las cuentas del PSOE, defendiendo la transparencia absoluta del partido. “No tenemos nada que ocultar”, sentenció López, destacando que todos los informes del Tribunal de Cuentas sobre el PSOE han sido “favorables”.
El ministro también abordó las sospechas sobre una posible financiación irregular, a raíz de un supuesto “impuesto” exigido por Koldo García. López aclaró que los cargos públicos del PSOE aportan una cuota voluntaria, y sugirió que “quizás de ahí provenga la confusión”.
En cuanto a los mecanismos de control internos, López reconoció que el caso surgió como un rumor y que, en ausencia de pruebas, no podía haberse actuado antes. “En cuanto llegó el informe, actuamos con contundencia”, defendió, remarcando que esa rapidez contrasta con los “nueve años” que, en su opinión, tardó el Partido Popular en actuar ante casos similares.
La reacción inmediata del PSOE ha sido valorada también como una forma de evitar un conflicto institucional. “No queríamos una guerra entre administraciones públicas”, dijo López, en referencia a la tensión que estos casos podrían generar en el seno del Ejecutivo.
Asimismo, se mostró dispuesto a dialogar con Sumar tras la petición de Yolanda Díaz de un “reseteo” en las relaciones entre los socios de coalición. “Este Gobierno ha dialogado y lo seguirá haciendo”, aseguró.
Sobre las primarias de 2014, en las que Pedro Sánchez se impuso a Eduardo Madina, López —que entonces era secretario de Organización— defendió la limpieza del proceso, pese a las sospechas de manipulación por parte de Cerdán y García. “Fueron ejemplares”, afirmó, reivindicando que fueron las primeras con la norma de “un militante, un voto”.
Con este caso, el PSOE busca enviar un mensaje inequívoco de intolerancia ante la corrupción, apostando por la transparencia y el refuerzo de los controles internos. Como remarcó Óscar López, “nadie está libre de tener un caso de corrupción, pero la responsabilidad se demuestra actuando”.