En corto y por derecho

Verdades inmutables

La verdad científica se caracteriza porque es siempre provisional, está sometida a constante revisión. Hechos incontrovertibles en el pasado, hoy sabemos que eran parcialmente erróneos. No hablamos de menudencias, sino de pilares de la ciencia como la mecánica de Newton. Un concepto como el Big Bang, asumido acríticamente por muchos, es más que probable que se convierta, si ya no lo es, en una simple especulación teórica. En el mundo de la medicina tanto el diagnóstico como el tratamiento han sufrido profundas modificaciones en pocos años. 

El nuevo Gobierno de los Estados Unidos parece decidido a revisar algunas ‘verdades inmutables’, cierto que quizás demasiadas y todas al mismo tiempo. El nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud ha causado una revolución al cuestionar el valor de los antidepresivos, de ciertas vacunas o  de las intervenciones transgénero. Al margen de la incomodidad de las farmacéuticas o de los colectivos LGBTIQ+, por motivos obvios, se ha de reconocer que estos tres asuntos, entre muchos otros, deben estar sometidos a revisión ya que existen ciertas dudas sobre  el beneficio que ofrecen a los pacientes. 

Si la economía, como parece, debe ser considerada una ciencia no puede pretender que sus asertos sean definitivos. Considerar que el exceso de funcionarios y los aranceles que impone China son un lastre para Estados Unidos, no es una hipótesis descabellada, por lo que deberíamos esperar a los resultados antes de descartar el posible beneficio de las medidas impuestas. Es comprensible que los funcionarios y los chinos no estén de acuerdo, pero en economía debe buscarse el beneficio de la sociedad, no de sus privilegiados. 

Es frecuente que los políticos pretendan amparar sus decisiones en el consenso científico, por ejemplo en climatología o en el Covid. Así debe ser, pero no pueden mirar a otro lado cuando el método científico cuestione la pretendida inmutabilidad de sus verdades.