Cerca de tres siglos perdura la unión entre los toros y el cante flamenco
Desde hace bastantes años, a los toreros famosos se les agasajaban cantándoles por sevillanas, no tanto como ahora lo hacen con pasodobles, aunque la tradición antigua sigue estando viva todavía, prueba de ello las sevillanas dedicadas a muchos diestros, entre otros a Curro Romero, Rafael de Paula o Palomo Linares, pero en honor a la verdad, hasta la presente, con un poco de declive. Al referido Paula, Antoñete, Morante y Talavante, le han cantado muchísimas veces por bulerías.
De las sevillanas más antiguas, con sus dos primeros versos empleados por la poesía culta y clásica, extraemos una de la conocidísima taurina: “Arenal de Sevilla/ Torre del Oro/ donde las sevillanas/ juegan al toro”.
Diremos que siempre existió y siguen existiendo cantaores de flamenco que han dedicado coplas a toreros, sobre todo a sus ídolos, quienes nos confirman los casos de Manolo Caracol, Antonio Molina, Rafael Farina, Camarón de la Isla, El Turronero, El Fary, Rancapino, Pansequito, Serranito, Manolo Tena o Miguel Poveda, además de otros valores más actuales.
También a José Gómez “Joselito”, Antonio Márquez, Marcial Lalanda, Ricardo de Fabra o Manuel Benítez “El Cordobés”, les dedicaron canciones otros grandes genios del flamenco.
Adentrándonos un poco en la poesía flamenca, no olvidemos al granadino y gran poeta universal Manuel Benítez Carrasco, que murió a finales del siglo XX, que muchos cantaores/as han interpretado obras suyas sobre el tema de toros, destacando muy particularmente: “Tres banderilleros en el redondel”, que lo cantaba y recitaba Gabriela Ortega, y “Los cinco toritos negros” la inolvidable Rocío Jurado, como otros más lo hicieron con la famosa copla a Belmonte; “Como pudo ser…”.
Otro granadino eminentemente universal, fallecido también a finales de dicho siglo pasado, el gran guitarrista y compositor Manolo Cano, de sus acordes y compases sacó “Los tercios del toreo”. Al igual que el guitarrista cordobés Vicente Amigo, de su púa y cuerdas han sonado grandes compases flamencos dedicados a toreros, sobre todo a “Finito de Córdoba”.
Tres excelentes pianistas sevillanos; Felipe Campuzano, Arturo Pareja-Obregón, y David Peña “Dorantes”, o la toledana pianista-cantaora María Toledo, los cuatro han compuesto y tocado muchos temas taurinos.
No olvidaremos a los famosos y legendarios compositores: León, Quintero y Quiroga, quienes escribieron infinidad de coplas toreras, resaltando especialmente la popularísima “Romance de valentía”, lo mismo que los/as célebres: Solano, Miguel de Molina, Concha Piquer, Estrellita Castro, Luisa Ortega, Paquita Rico, Marifé de Triana, Juanita Reina, Antoñita Peñuela, Rocío Jurado o Isabel Pantoja, y hasta La Argentinita compuso y le cantó a Ignacio Sánchez Mejías el pasodoble “Silencio en la plaza”, con Federico García Lorca al piano.
Todos ellos/as han sabido enriquecer el arte de Cúchares en escribir y cantar canciones o copla a numerosos toreros de cada época. Sin olvidar tampoco, al recordado Manolo Escobar, algunos de sus pasodobles hacen alusión a este arte.
Aún siguen todavía una sabia nueva de artistas con el mismo don de cantar a los diestros con letras de sentimiento y contenido, entre ellos/as, Manuel Lombo (destacando “silencio por un torero”), Estrella Morente, Paco Candela, Marina Heredia, Miguel de Tena, Paco Peña, Maite Moreno o Inma Vílchez.
Uno de los motivos más frecuentes del cante por sevillanas fue, los elogios que les entonaban a cuantiosos matadores de toros, ejemplo de ello, la popularmente conocida: “La novia de Reverte tiene un pañuelo con cuatro picadores, y… Reverte en medio”. Pero también se pueden hallar otras con alusiones al físico de la persona, como la que tuvo que soportar con estoicidad Juan Belmonte: “Dicen que Belmonte tiene/ la boquita de piñón/ le cabe la Giralda/ y el paseo de Colón”, y el estribillo: “Qué bonito es el albero/ de la plaza del baratillo…”
Demostrado ha quedado y así se puede verificar o entender, en cualquier parte de la geografía española, el flamenco y los toros han estado siempre muy unidos desde sus orígenes, esperemos que esta unión perdure, para no perder las antiquísimas tradiciones tan nuestras.
Todas las clases de arte generan cultura y riqueza, pero como los toros y el flamenco no hay ninguna