El silencio de los no inocentes
El mundo de hoy nos ha depositado en un extraño sálvese quien pueda. Cuando te sientas a hablar con alguien en un bar o te escribes por el WhatsApp, recibes una catarata de Yo, dónde tú no tienes lugar. En todas las escalas de la pirámide social podemos observar esto. Todos invariablemente entramos en esa nueva realidad de comunicación social, estando en uno u otro lado de los extremos de la comunicación. Elementos para despertar nuestros sentidos, llamar y llamarnos la atención.
Llevado a la realidad política de nuestra España actual, no difiere demasiado esa observación sociológica, claro, es que nuestros dirigentes no han nacido de un repollo, sino que salen de nuestras sociedades. Podemos observar sin pasmo que quienes ejercen diferentes áreas de poder el superlativo yo, el ninguneo del otro y la necesidad permanente de autoafirmación.
Desde la geopolítica internacional somos testigos como nunca de estas mismas características en la comunicación, desde una punta a la otra del planeta gobiernan los egos, los personajes únicos y desafiantes, sean del sector ideológico que sean. Mientras Donald Trump ha presionado el botón rojo de los bolsillos del mundo, el mundo, en especial Europa calcula el peso del impacto y la devolución de favores. China, por su parte, hace silencio, un silencio que grita su poder, y también es amenaza.
Todo grito y toda amenaza oculta un silencio, un silencio necesario que permite seguir gritando, se elige callar y que otros hablen.
Hasta dónde llegarán los silencios cómplices del mundo poderoso, mantuve una interesante charla con la IA sobre el gran consumo de agua, me respondió, “Si, es un tema real y preocupante, los centros de datos que alimentan a las IA (como yo), consumen mucha energía y agua, sobre todo para refrigerar los servidores que se calientan trabajando sin parar” y agregó varias soluciones posibles pero costosas para las empresas. Problemas y soluciones de los que el mundo no habla.
La violencia en el mundo no cesa, sobre todo en lugares donde el silencio es el opaco cristal que no permite hablar sobre Haití o el Congo.
En este terremoto irracional de sálvese quien pueda, lo más probable es que no se pueda salvar nadie.
Invito a detener el paso, hacer silencio, ese silencio sin miedo, sino con libertad de pensamiento, y que permite recuperar la mirada necesaria para convertir este mundo en aquello que aspiramos que sea desde lo que decimos a qué sea desde lo que hacemos y gritemos al mundo basta de silencios NO INOCENTES.