La mirada de Ulisas

Realidades que se quieren desvirtuar

LA MIRADA DE ULISAS luego de padecer numerosas injusticias en los últimos tiempos quisiera fijar sus ojos en verdades, que tantas veces se desconocen o se conocen a medias. ¿Cómo Israel, una nación tan pequeña en su tamaño geográfico puede generar conflictos como si fuese el centro del mundo? Y mi atisbo se pregunta ¿por qué este fenómeno? No parece ser entendible y sin embargo se hace tan popular en boca de todo el mundo. Sobre el tema del conflicto del Medio Oriente todos se vuelven unos especialistas, mientras que en asuntos tan urgentes y permanentes como las hambrunas en países africanos tienen sin cuidado a todos los “expertos” en la problemática de Israel y sus vecinos. Numerosos adeptos de los palestinos vociferan: del río hasta el mar, sin nisiquiera saber ubicar de qué río se trata ni de qué mar. La Tierra Prometida, un terruño tan escaso en tamaño, pero jamás sin fuerza, no debería ser lógico que lleve tanto peso histórico, geográfico y político. Pero los odios antisemitas o antisionistas, que no son pocos, no tienen si no el atisbo para este pueblo que ha sabido hacer del desierto una nación pujante y hermosa. Realidad que obedece a un desarrollo increíble en tan pocos años. Lugar donde habita un crisol de etnias que conviven en paz, aunque rodeadas de enemigos que desean su destrucción. Curiosamente la Tierra Santa desde épocas bíblicas con una historia de peso y de tradición, responde a una promesa que sólo iba a prosperar en manos de los judíos, una propuesta que se cumple a diario. Hay que ver el desarrollo de esta bendita tierra que da sus frutos, con lluvias escasas y sin embargo se inventa el riego gota a gota para irrigar los cultivos. Gracias a los ingenios que convierten a Israel en la potencia mundial que hoy es. Además, con su generosidad, no guarda sus descubrimientos con egoísmo. Entrega los adelantos científicos al mundo para que otros semejantes se beneficien, bajo el lema que los niños judíos escuchan desde la cuna: “haz bien y no mires a quien”. (Y ojo, esto no quiere decir que todos los judíos apliquen esta regla de oro, pero la gran mayoría tienen buen corazón y les ha calado hondo el concepto para aplicarlo en el cotidiano. Responde a los valores de la Torá y a las sabias enseñanzas que repercuten en sus oídos). Casi se puede llamar una orden divina transmitida de generación en generación y no como en otra fe que se dicta matar en nombre de una entidad, considerada superior.

Al pueblo judío también se le conoce como el pueblo del libro, por ceñirse a sus Sagradas Escrituras y por ser un amante del conocimiento. Propaga los favores de sus inventos para contribuir con la humanidad, con remedios que han salvado vidas a poblaciones enteras bajo la ayuda de sofisticados equipos para el diagnóstico, además del progreso del High Tech, y otras ciencias que resaltan a Israel por ser un país vanguardista en el desarrollo para la Humanidad. Y si bien joven, si es que le puede llamar así, arrastra una historia de milenios que hacen que su permanencia e historia le den derecho al amado terruño prometido. Israel aspira a que la dejen vivir en “Shalom”, una palabra que traduce PAZ; jamás se despega de los labios de sus habitantes como un saludo y despedida permanentes, al apelar su significado para hacerlo realidad. Israel brinda bienestar a la Humanidad cuando entrega sus descubrimientos para alcanzar una prosperidad global. Y así se pueden enumerar variedad de inventos que se han dado de manera luminosa para que otras naciones también gocen de sus creaciones. No voy a enumerar nombres destacados porque muchos los conocen como a Einstein o Freud, quienes le aportaron al mundo su ciencia para hacer prosperar las condiciones de vida ofrecidas por sus contribuciones.

Israel es un destino que se debe conocer para no estar tan mal informados sobre lo que es en realidad. Lugar donde conviven personas de diferentes razas y creencias sin ser víctimas de censura ni de atropellos. Es la única democracia en la región, donde se permiten manifestaciones de todo tipo, la presencia de las diferencias, el respeto a los derechos adquiridos por las mujeres y donde el ser de tendencia sexual diversa también halla su puesto, sin combate. En cambio, sabemos que en poblaciones vecinas reciben condena, representada en una obvia manifestación de violencia extrema. El derecho a la diferencia no existe. Una conquista que Occidente le ha dado al mundo y que otros países anhelan abolir con su forma de pensar y obrar. Lo imponen a la brava… lo que ha creado una guerra de civilizaciones ya vista en otras épocas, y que anhelábamos o pensábamos superadas. Volvemos a los tiempos del Medioevo donde toda forma de horror era permitida o por lo menos ejercida. Lo revivimos aquel fatídico 7 de octubre del 2024 donde los límites para la bestialidad se desbordaron de tal modo que no sabemos ya que en qué siglo nos situamos. La verdad: no anticipamos los peligros que se avecinan al estar bajo la amenaza de ideas retrógradas. No concuerdan con las más evolucionadas y luchadas por un mundo mejor. Hay que abandonar los prejuicios, dejarlos de un lado y visitar Israel para hacerse una impresión certera y no sesgada como tanto la quieren señalar o promover con una vertiente propagandística malsana e interesada en falsear la realidad. Se comete una enorme injusticia que mi mirada, la de esta Ulisas, que se cuestiona sobre el devenir del planeta Tierra, se da a la tarea de cambiar la perspectiva para no seguir cometiendo más injusticias con una realidad que salta a la vista. Y hay que decantar un triste escenario: quienes están cometiendo un genocidio con su población son los de Hamás. Se roban la comida del pueblo para abastecerse bien y dejar a su gente en hambruna o desesperación. Ya lo vimos con los túneles, que no sirvieron para proteger a los civiles, sólo ellos y los rehenes (en condiciones infrahumanas) tuvieron o tienen acceso a esa protección. Cuando mi mirada habla de “protección” se refiere a una cárcel de alta seguridad para los secuestrados y un refugio seguro para los terroristas, pero para la población civil es vilmente vedada. Creo que llega un momento cuando hay que apuntar el dedo sobre realidades que se quieren desvirtuar. Es la invitación que la mirada de Ulisas les hace a sus queridos lectores para que no ignoren lo que está sucediendo. Triste situación que ya no se puede ocultar. Merece su adecuada divulgación como la difunde la imagen de horror que los terroristas le muestran al mundo con sus vestimentas y sus armas prontas a disparar. Y esa misma mirada se pregunta ¿qué aportes le surten a la Humanidad?