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El postizo o coleta de los toreros

Aquellas antiguas chichoneras, llamadas actualmente coleta, moña, castañeta, añadido, postizo…, empezaron a utilizarse en el siglo XVI por parte de los lidiadores a caballo. Su finalidad era proteger la parte trasera de la cabeza del caballero en caso de caída de la cabalgadura, evitando así un posible traumatismo craneal, que a veces causaban más lesiones y muertes irreversibles que las heridas por asta de toro.

Todo aficionado sabedor de la historia de la Fiesta de los Toros, debe entender que, por aquellos tiempos lejanos, España no disponía de demasiados caballos adiestrados para estas funciones, además de los muchísimos inconvenientes existentes de entonces, seguían practicando el lancear toros bravos, principalmente en las fiestas y en conmemoraciones relevantes. 

Por esta práctica, no tardó en aparecer una reacción un tanto revolucionaria en contra de lo establecido, tanto fue la opinión generalizada del pueblo, que hasta el Vaticano tuvo que prohibir los espectáculos taurinos, que después por unos acuerdos u otros cauces fueron otra vez retomados.

Pero con la llegada de los Borbones a España con Felipe V “El Animoso”, finales del siglo XVII, es cuando verdaderamente se comienza a torear a pie.

Estos toreros de a pie, también llevaban en sus cabelleras una cola larga de su pelo natural, por lo general en forma de trenza para utilizarla como moño, motivado igualmente a una posible lesión craneal y amortiguar el golpe en caso de que fuese volteado hacia atrás durante la lidia. Además, muchos de ellos se dejaban unas pronunciadas patillas en la cara al estilo de los “bandoleros”, para mejor identificarse por la calle como, ¡ahí va un torero!

Posteriormente, a principios del siglo XX, se empezó a utilizar un postizo o castañeta artificial, ideada por Juan Belmonte, que consiste en un tornillo longitudinalmente que lleva  una hendidura en el centro, en la que se introduce un mechón de pelo o similar hecho trencilla, que se aprieta con una tuerca para sujetarlo, uniendo también a este tornillo otra pieza muy semejante a un moño pequeño de color negro, muy parecido al material de la montera, que es la que significa la secuela simbólica de aquella coleta antigua, que en la actualidad es la que sigue en vigor. 

Aunque también en algunos tiempos cercanos, se ha observado toreros que la han llevado de su mismo pelo natural, como es el caso del desaparecido Pepe Castellano, Morante de la Puebla (en algunas ocasiones), Christian Romero, “El Lili”, o el carismático Rodolfo Rodríguez “El Pana”, torero mexicano fallecido en Ciudad de Lerdo (México), año 2016, por cogida de toro.

Antes de finalizar este pequeño artículo, explicaremos una cierta anécdota qué ocurrió en Linares el día 28 de agosto de 1947, fecha fatídica de la cogida y muerte de Manuel Rodríguez “Manolete”.

Luís Miguel González “Dominguín”, compañero de terna junto a Rafael Vega “Gitanillo de Triana”, de aquella aciaga tarde para el infortunado “Manolete”, se había dejado olvidado el postizo en Madrid el citado “Dominguín”, ya hospedados en el hotel Cervantes de Linares, mandó razón a “Manolete” para que le prestase una castañeta, este con su seriedad y aplomo de todos conocida, miró a su mozo de espadas Guillermo, diciéndole: “coge una de esas que me sobra y se la llevas al maestro Luís Miguel, para que lleve esta tarde algo de torero”. Ahí demostraría el carácter seco y displicente que tenía el “monstruo” cordobés.