Reflexiones Australes
La Memoria Histórica
15 de enero de 2025 (08:26 h.)
En España y también en Chile, está de moda la “memoria histórica”. De lo que se trata es de institucionalizar procedimientos para lavar el cerebro de los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes. Los gobernantes “progresistas” utilizan el poder para arrasar con la verdad y dejar marcadas a fuego falsedades y mitos. En el caso de Chile, el Estado -en realidad los contribuyentes- ha gastado muchos millones de euros en memoriales que enaltecen la figura de Salvador Allende, un presidente que en 3 años pulverizó a la sociedad chilena. Hay avenidas, plazas y monumentos a Salvador Allende, un marxista que utilizó al pueblo con el lema de la “dictadura del proletariado”. Allende también tiene plazas o calles que llevan su nombre en Turquía, Rusia, Alemania, Canadá, España, Italia, Bélgica, Francia, Mozambique, Maputo, Angola, Cuba, Uruguay, Colombia, Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador y Australia, entre otros. Lo anterior refleja la ignorancia de quienes toman decisiones y dilapidan los recursos de los ciudadanos. En todos los países en donde se rinde homenaje a Allende, ignoran de que, bajo su mandato, Chile estuvo cerca de transformarse en Cuba o Venezuela. La izquierda es experta en manipular la memoria histórica y también la historia. En España seremos testigos de la imposición oficial de la memoria histórica de los últimos 50 años, haciendo abstracción de las razones que llevaron a España a una guerra civil. La memoria histórica es un botín de la izquierda, que va acompañado de un negocio muy rentable y perpetuo. En Argentina el presidente Milei ha tenido el coraje de desmantelar el negociado de las organizaciones de derechos humanos. Chile no lo ha logrado, pues los gobiernos de izquierda potencian el negocio y los de derecha son cobardes para eliminarlo. Al final del día, la memoria histórica continúa siendo sesgada en España y en Chile. Las últimas semanas han sido especialmente complejas para la izquierda chilena y para el gobierno del joven Boric, toda vez que pretendieron de manera clandestina que el Estado comprara a la hija y nieta de Salvador Allende, una de sus casas en unos 900 mil euros. La idea era que ahí se perpetuara la memoria histórica de Salvador Allende, todo financiado por los contribuyentes. Si los ciudadanos de España y de Chile no nos revelamos, para que la memoria histórica de la izquierda no siga asaltando nuestros bolsillos, puede que mañana sea tarde. El mejor ejemplo es Cuba, Venezuela y Nicaragua. Los turistas europeos cuando van a Chile visitan “El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos”, el cual debiera llamarse “Museo de la Mala Memoria”. Sus directivos están apernados ahí, y no los saca nadie. La mayoría son de extrema izquierda y aprovecharse del dolor, es su negocio.