Luis Alberto de Cuenca: Premio Reina Sofía 2025
Desde Sor Juana Inés de la Cruz, la escritora mexicana que se inscribió en el barroco español del siglo XVII, la poesía iberoamericana ha logrado construir una poética sólida y profunda que se extiende desde España hasta el continente americano.
Dicha poesía no sólo ha permitido afianzar un universo simbólico que ha sido determinante en la cultura iberoamericana, sino también, ha enriquecido la lengua española desde cuando don Antonio de Nebrija escribiera la primera Gramática castellana.
En esta dirección, los miembros del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2025 han decidido otorgarle este reconocimiento al poeta, filólogo y traductor español Luis Alberto de Cuenca.
De Cuenca Prado es un escritor que ya había mostrado una solvencia poética y una lucidez intelectual, con sus traducciones, y su obra crítica, que ha resonado en España y en América.
El escritor, que en la actualidad vive en el barrio Salamanca de Madrid, hace parte de aquella pléyade de maestros de la poesía que el Premio Reina Sofia ha enaltecido en años anteriores. Mencionemos algunos: Antonio Gamoneda, Gonzalo Rojas, Ida Vitale, Juan Gelman, Ernesto Cardenal, Joan Margarit, Piedad Bonnett y Gioconda Belli, entre otros.
En la poesía, Luis Alberto de Cuenca domina un verso fino y libre, que en muchas ocasiones, aterriza de una manera irónica, en la vida cotidiana.
Desde sus primeros poemas, el escritor madrileño abandonó deliberadamente, aquella poesía romanticona y cacofónica, que hoy se estila en las redes sociales como una plaga.
“Me dices cuando dices tonterías, / cuando metes la pata, / cuando mientes, / cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa”.
Así comienza el poema “El desayuno”.
En su poema “La malcasada”, el poeta afirma:
“Me dices que Juan Luis no te comprende, / que sólo piensa en sus computadoras y que no te hace caso por las noches. Me dices que tus hijos no te sirven, /
Que sólo dan problemas, / que se aburren de todo y que estás harta de aguantarlos”.
En su biblioteca del piso del barrio Salamanca, que comparte con su esposa, la filóloga Alicia Mariño, no cabe un libro más.
Como traductor, ha vertido al español obras del latín y el francés, a Homero, Eurípides, Calímaco, Guillermo de Poitiers, Marie de France, y Gérard de Nerval.
Al mismo tiempo que se producía esta grata noticia sobre el Premio Reina Sofia, la Real Academia Española -Rae- informaba que el intelectual Luis Alberto de Cuenca, no había ingresado como miembro de la academia a ocupar la silla “O”, por doce miembros que votaron en blanco. Pregunta: ¿En qué siglo viven los miembros de la Rae?