Lola Quintanilla y Folk de Filandón

Permítame el lector que en esta ocasión me desvíe de la materia que, por definición, suelo abordar en mi sección “Bala de plata”. Centraré hoy el tema en una razón más creativa; el arte de la cantante y escritora Lola Quintanilla, a quien no conocía. No olviden este nombre: Lola Quintanilla.

La vi por primera vez hace unos días en un concierto del grupo Folk de Filandón, actuando en Fontecha del Páramo. Me impresionó. Hacía tiempo que no escuchaba una voz tan potente y una presencia tan rotunda en el escenario.

Grupo Folk de Filandon

Sí conocía a otros miembros del quinteto, compuesto por el colega de fatigas funcionariales Roberto Carro, por Alberto Lozano, Mercedes Álvarez y David Fernández.

Folk de Filandón es un grupo musical con sello propio que representa y teatraliza con maestría el alma y las raíces culturales de las tierras leonesas. Su música y sus trajes son un homenaje apasionado a las tradiciones orales populares, rescatando canciones, romances y relatos que han acompañado a generaciones en sus jornadas y celebraciones. Este quinteto es mucho más que música y puesta en escena de filandones.

Pero, me admitirán los miembros del grupo que centre la atención en Lola. Impresionante. Su voz veterana, cargada de matices y determinación, trasciende el tiempo y el espacio, evocando la esencia de las tradiciones con una autenticidad que conmueve profundamente a quienes la escuchan.

Como intérprete principal de Folk Filandón, Lola no solo aporta su talento excepcional, sino una conexión emocional única para dar vida a coplas y melodías. Convierte cada actuación en una experiencia profundamente inmersiva, creando un vínculo mágico con la audiencia. Su voz es un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de que las raíces son un tesoro que merece ser celebrado y compartido para herencia de las nuevas generaciones.

Si pueden, no se pierdan a Folk Filandón