Crónicas Mexas

¿Guerra Arancelaria?

México se encuentra en una posición peculiar y delicada, dentro del escenario comercial global. Mientras muchas naciones han optado por responder a las medidas proteccionistas con incrementos arancelarios, el país ha mantenido un esquema que, aunque reciente los aranceles elevados del 50% en varios sectores, exceptuando aquellos que se encuentran dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Y ha realizado muchas medidas de seguridad, que ha pedido Trump o como entregarle mas de 20 capos de la Droga.

Lo cual contrasta con la reciente tendencia de varios países europeos de incrementar sus aranceles como respuesta a las políticas económicas de Trump, esto ha generado incertidumbre en los mercados. La Unión Europea ve como instrumento represalias ante las restricciones comerciales impuestas por Washington, lo que ha complicado aún más las relaciones transatlánticas. Sin embargo, a diferencia de Europa, México ha optado por una estrategia más cautelosa, evitando elevar unilateralmente sus tarifas en respuesta a las acciones estadounidenses.

El beneficio de esta postura radica en la estabilidad de sus relaciones comerciales. Con el T-MEC vigente, México sigue disfrutando de un acceso preferencial al mercado estadounidense, lo que le permite exportar productos sin los mismos obstáculos que enfrentan otras regiones. Además, al no sumarse a una guerra arancelaria de represalias, mantiene su atractivo para la inversión extranjera, ya que las empresas que buscan evitar los efectos de estas disputas pueden ver a México como una alternativa viable para establecerse y operar sin restricciones adicionales.

En contraste, la situación en Europa es cada vez más tensa. La política de presión comercial que ha adoptado Estados Unidos ha provocado que la Unión Europea considere ajustes en sus aranceles, lo que podría afectar el comercio global. A pesar de que Europa es un actor clave en la economía mundial, su margen de maniobra se ve limitado por la necesidad de mantener una relación estable con Washington, especialmente en medio de conflictos geopolíticos como el de Ucrania.

México, en cambio, puede aprovechar este contexto manteniendo su actual estructura arancelaria sin tomar medidas que puedan provocar represalias. Con un mercado interno en expansión y un posicionamiento estratégico dentro del comercio global, la nación puede consolidarse como un centro de manufactura y exportación que ofrezca estabilidad frente a la incertidumbre de los mercados europeos y norteamericanos.

Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. La presión interna por proteger ciertas industrias podría llevar a modificaciones en la política comercial, y cualquier movimiento drástico en las relaciones entre Estados Unidos y México podría alterar este delicado equilibrio. A pesar de ello, por el momento, la decisión de mantener sus aranceles sin entrar en un ciclo de represalias parece ser una jugada acertada para fortalecer su posición en el escenario internacional.

El tiempo dirá si esta postura le permite a México consolidarse como un ganador en medio de las tensiones comerciales globales, pero por ahora, su estrategia de moderación podría ser su mejor carta en la mesa de negociaciones.