En corto y por derecho

González Ruano

César publicó en 1931 un libro sobre Baudelaire que no dejó indiferente a nadie. Como era costumbre en la época, sus amigos le organizaron un banquete en el Círculo de Bellas Artes al que asistieron más de cien invitados, más las habituales adhesiones que allí se leyeron. De forma inopinada. Ruano hizo un discurso incendiario, una apostasía de la izquierda que supuso su inmediata salida de ‘El Heraldo de Madrid’. Juan Pujol, que estaba entre los asistentes, le fichó de inmediato para el derechista ‘Informaciones’. A partir de aquí, y hasta hoy mismo, se convirtió en una figura controvertida.

Resulta penoso que se suprimiera el prestigioso premio periodístico ‘César González Ruano’ y Mapfre suspendiera la publicación de sus obras, a raíz de un lamentable libro que perpetraron hace diez años Sala Rosé y García Planas donde se imaginaban, porque no se probaba nada, las andanzas de Ruano en el París ocupado. Vuelta a lo mismo, cancelar a un autor porque se cuestiona que su moral no encaja con la corrección política imperante. Afortunadamente el genio literario siempre sale a flote y este ha sido de nuevo el caso. 

Abelardo Linares ha decidido, en su editorial Renacimiento, publicar una ‘Biblioteca González Ruano’. Acaba de salir el primero de la serie, el delicioso ‘Siluetas de escritores contemporáneos’ con una extensa introducción del filólogo Miguel Pardeza (sí, es el de la Quinta del Buitre). En esta pequeña joya podemos recrear de la mano de César los años 20-30 de aquel Madrid poblado de escritores que vivían en los cafés, las tertulias y los teatros. Era una época en que se acostumbraba ‘ir de visita’, gracias a ello Ruano nos describe con su característico estilo dónde vivían Baroja, Azorín, Unamuno o la Pardo Bazán, entre otros muchos. Lectura impagable que nos han querido hurtar los nuevos puritanos, aunque no lo hayan conseguido.