¿La estupidez en retirada?
En medio de un mundo loco, se empiezan a asomar unas pocas luces de esperanza. Algunas compañías multinacionales están retrocediendo en sus fanáticas políticas de “diversidad, equidad e inclusión”. La gigante Walmart ha sido una de las primeras en anunciar cambios en esta materia. Lo mismo está sucediendo de manera acelerada con el retorno a trabajos presenciales, tras una estúpida moda que se instauró durante la pandemia. Los trabajadores, apoyados por sus gerentes de recursos humanos, intentaron que esta política permaneciera para siempre. Es indudable que el trabajo presencial genera mucha más productividad y además es educativo para los profesionales que pueden aprender mas y mejor con un jefe al lado. También se han visto cambios en las políticas de reclutamiento de personal y en el acceso a las universidades. En los últimos años se privilegió el acceso o la contratación de mujeres, lo que representa una discriminación inaceptable. En muchos casos excepcionalmente, se permitió contratar preferentemente mujeres o privilegiar accesos de mujeres a universidades. El problema es que la excepcionalidad se hizo permanente. Otra área que le ha hecho mucho daño a las economías en desarrollo, como Chile por ejemplo, ha sido la reducción de la jornada laboral, con la ilusión de que se aumentaría la productividad. Los grupos minoritarios, financiados por ONGs de distinto origen, han llevado adelante campañas muy dañinas para el desarrollo de las mayorías. En el frente de los animalistas, se ha llegado a la locura de ofrecer a los empleados días libres cuando fallece la mascota, o permitirles el acceso a las oficinas. En los aviones hay que soportar perros en el asiento vecino, teniendo “ellos/ellas” embarque preferente en fila especial. Todos estos beneficios a mascotas colaboran para que las parejas jóvenes no tengan hijos, confirmando su tremendo egoísmo, al no querer ocupar su tiempo para “cuidar” hijos, pues les perjudica en su carrera profesional. Los coches de bebés con mascotas son otro ejemplo de lo lejos que puede llegar la estupidez humana. Una ministra española, promovía cerrar los bares temprano para que los garzones se fueran a la casa. Ya se aprobó la rebaja de la jornada a 37,5 horas, para poder “estar con la familia”. La familia es el perro y la pareja. Tampoco es que en el tiempo libre visitarán a los padres o a los abuelos, pues no tienen tiempo para ello. Otra estupidez que aparentemente empieza a entenderse es el libre ingreso de ilegales a cualquier país, pues los samaritanos piensan que ellos tienen derecho a entra a cualquier país con o sin autorización. Lo grave es que los ilegales son tratados como legales y destinados a centros de acogida. En Chile han llegado dos millones de inmigrantes, la mitad ilegales y el país está convertido en un peligro. Las cárceles de la zona norte de Chile ya tienen 50% de extranjeros. El narcotráfico ha aumentado de manera exponencial y los crímenes y asesinatos están a la orden del día y de la noche. La gran “estadista” chilena Michele Bachelet abrió las puertas de Chile y hoy el gobierno de ultraizquierda de Gabriel Boric, no sabe cómo volver atrás. La reacción es tardía y débil. La mayoría de los ilegales provienen de Venezuela, país que ya ha perdido 8 millones de habitantes escapando de la “democracia bolivariana”. La mayoría de los países europeos, y también de otros continentes, tratan a Maduro suavemente y no rompen relaciones con una dictadura feroz. Muchas reuniones, muchas declaraciones, mucho diálogo, pero al final del día nada concreto. Puro bla bla, como decimos en Chile. ¿Qué solución existe? La verdad es que es volver al pasado. Los alumnos a estudiar, los trabajadores a trabajar, los policías a ejercer su rol -represivo si es necesario-, los niños a jugar y los empresarios a producir. La reducción del tamaño del Estado es otra necesidad urgente, aplicando la política de Milei, un loco que parece más cuerdo que muchos funcionarios de la ONU. La mayor locura es la inacción, es el acomodo a su salario y beneficios desde cómodos sillones con indemnización a todo evento. Debemos retornar a levantarse temprano, a la ducha diaria, a la vida ordenada, al respeto por los mayores, a respeto por el que está por nacer y a recuperar las tradiciones y simbolismos de cada país. Esto del mundo global se entiende para el comercio, pero cada país debe ser libre para definir las reglas del juego para quienes quieran ingresar. No es aceptable que en muchos países los inmigrantes ilegales tienen más beneficios que los habitantes del propio país. La evolución de Europa en los últimos años es para asustarse, aunque varios amigos míos europeos no visualizan temores con la invasión del mundo musulmán. Finalmente hay que mencionar que como si nada, los hombres compiten en deportes con mujeres, tras cambio de sexo y es una moda que parece llegó para quedarse. El resumen es que el mundo está completamente loco y que podríamos recuperar cierta racionalidad si los locos como Milei logran salir adelante y ser exitosos.