Escenario apocalíptico
Un ataque de China a Taiwán, coordinado simultáneamente con otro de Rusia en los frentes de Europa, podría llevarnos a un escenario apocalíptico de inciertas consecuencias y resultados. ¿Qué harían los Estados Unidos y la OTAN ante tal contingencia que podría degenerar en un escenario nuclear?
El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha emitido una aterradora predicción sobre cómo comenzará la Tercera Guerra Mundial, a medida que los conflictos se intensifican en todo el mundo. Lo ha hecho en una entrevista a The New York Times y aunque sus declaraciones hayan pasado desapercibidas en nuestro país, no por ello son más alarmantes.
Rutte declaró al New York Times: «No seamos ingenuos. Si Xi Jinping atacara Taiwán, primero se aseguraría de llamar a su socio menor en todo esto, Vladimir Vladimirovich Putin, quien reside en Moscú, y decirle: «Oye, voy a hacer esto, y necesito que lo hagas para mantenerlos ocupados en Europa atacando territorio de la OTAN».
En definitiva, si China tomara Taiwán por la fuerza e invadiera la isla, “invitaría” a Rusia a abrir un segundo frente en Europa, seguramente en Moldavia, los países bálticos o Finlandia, y crearía una amenaza de tales dimensiones que serviría de maniobra de distracción a Pekín para anexionarse este pequeño país sin capacidad de reacción alguna para un Occidente ocupado en responder a la amenaza real rusa.
La pregunta qué tenemos que hacernos ante esta amenaza es ¿cuánto tiempo podría resistir Taiwán ante una agresión china? Una o dos semanas, quizá, con suerte, dada la desproporción de medios entre ambas partes. La OTAN, cuyo ámbito geográfico es Europa y América del Norte, no estaría obligada a intervenir en caso de un ataque a Taiwán. En lo que respecta a los Estados Unidos, que es el principal proveedor de armas a la isla, está ligado a la defensa del país a través de la “Ley de Relaciones con Taiwán”, aprobada por el Congreso de EE. UU. en 1979, que establece que Estados Unidos debe ayudar a esta nación a mantener su capacidad de defensa. ¿Lo harían llegado el caso u optarán por una retirada táctica como hicieron en Afganistán en 2021? La respuesta no está clara.
Si sobreviniese un ataque inesperado simultáneamente al mismo tiempo que el de Taiwán en Europa, los Estados Unidos, con dos frentes abiertos, poco o nada podría hacer en favor de su aliado en el Sudeste Asiático. Además, la crisis de Irán, en que Estados Unidos intervino en favor de Israel para destruir el programa nuclear de este país, reveló que los enemigos de Occidente son muchos más de los que pensábamos, comenzando por América Latina, donde Brasil, Colombia, Chile, Nicaragua, Cuba y Venezuela conforman la punta de lanza del antisionismo en la región y simpatizan abiertamente con Rusia en la guerra de Ucrania. También estos países están más cerca de China ahora que de los Estados Unidos,
Corea del Norte, otra amenaza para occidente
Un ataque ruso a alguno de los países de Europa más vulnerables, coincidiendo con el ataque chino a Taiwán, sería un escenario apocalíptico que incluso podría precipitar otras crisis regionales. Corea del Norte, que ha intensificado su rearme notablemente y que posee armas nucleares adquiridas de forma secreta, nunca ha ocultado su interés por anexionarse a Corea del Sur, aliado incondicional de los Estados Unidos, que funge como su protector frente a su enemigo del Norte, apoyado por Rusia y que envía tropas a luchar a los frentes ucranianos.
La Guerra de Corea terminó técnicamente en un armisticio el 27 de julio de 1953, pero no con un tratado de paz, por lo que la península sigue dividida y técnicamente en estado de guerra. El armisticio estableció una zona desmilitarizada (DMZ) para separar a las dos Coreas, pero no puso fin al conflicto en sí y ambas partes dedican ingentes recursos a la defensa, estando en el top de los quince países que más gastan en esa materia en el mundo. Un ataque norcoreano, en pleno caos en la escena global, no es una opción descartable.
Rutte aseguró que esa coordinación no sería un acto improvisado, sino una jugada geostratégica deliberada. Aunque este escenario parece alarmista, la advertencia encaja con el creciente alineamiento entre Moscú y Pekín, que no solo comparten intereses políticos, económicos y militares, sino que se refuerzan mutuamente en sus respectivas guerras. Rusia, con apoyo técnico militar chino y fuerzas norcoreanas en Ucrania, y China beneficiándose de la distracción que representa el conflicto europeo para los recursos militares estadounidenses y sus intereses en la región. Atentos a los próximos movimientos de ambos.