Envidia
Es común que algunos mexicanos miren a España con algo de envidia, especialmente por sus servicios públicos, estabilidad económica y seguridad. Sin embargo, al conversar con amigos españoles, descubro que ellos también sienten cierta admiración, incluso envidia, por México. Lo que destacan es nuestro dinamismo cultural, nuestra riqueza natural y económica, y los precios accesibles de servicios como tratamientos dentales, servicios de limpieza o cirugías estéticas.
Aunque la envidia es considerada un pecado capital, creo que, si reflexionamos sobre este sentimiento, podemos verlo como una oportunidad para impulsar transformaciones sociales y políticas. Lejos de ser algo puramente negativo, la envidia puede convertirse en una fuerza motivadora si se traduce en aspiraciones concretas.
Este artículo busca hacer un llamado a superar la envidia como comparación negativa. En su lugar, debemos enfocarnos en aprender de las fortalezas mutuas y utilizarlas como inspiración para construir sociedades más justas.
Un pasado compartido, una identidad compleja
En México, a menudo nos remontamos a nuestro pasado precolombino con orgullo, incluso el nombre de nuestro país honra a los mexicas. Sin embargo, somos mucho más que eso. Somos un crisol de culturas. Fueron los criollos, en su mayoría descendientes de españoles, quienes orquestaron nuestra independencia. México es una mezcla única de raíces indígenas y españolas.
España, por su parte, también tiene una historia compleja de influencias y mestizajes. Su territorio fue habitado y transformado por fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes. Cada uno dejó una huella imborrable en la identidad española. Al final, tanto mexicanos como españoles somos producto de estas múltiples influencias culturales y genéticas.
Incluso nuestras tradiciones alimenticias reflejan esta mezcla. No podemos imaginar la cocina española sin la papa o el tomate, productos originarios de América. Del mismo modo, la cocina mexicana no sería lo mismo sin ingredientes como el cerdo o el trigo traídos desde España.
Más que un pasado glorioso: un presente de oportunidades
España y México comparten no solo un pasado glorioso, sino también una rica herencia histórica, lingüística y cultural. Desde la religión católica y la lengua española, hasta obras literarias de figuras como Miguel de Cervantes y Octavio Paz, ambos países tienen vínculos profundos. La arquitectura barroca, las influencias culinarias y las festividades similares —como el Día de Muertos y el Día de Todos los Santos— son testimonio de esta conexión.
Hoy en día, nuestras relaciones siguen siendo estrechas. México es el principal mercado de América Latina para España, y España es uno de los mayores inversores extranjeros en México. Estas relaciones comerciales son una prueba de que, más allá de nuestras diferencias, hay un potencial inmenso para trabajar juntos.
Es momento de superar las percepciones negativas y dejar de vernos despectivamente. En lugar de eso, debemos reconocernos como modelos a seguir en aquello que funciona y como aliados en la búsqueda de soluciones a nuestros problemas comunes. Ambos países ofrecen oportunidades inmensas a sus habitantes y comparten una relación única en el mundo.
Este artículo busca sembrar en la mente del lector la posibilidad de construir puentes entre españoles y mexicanos. Es hora de dejar de idealizar erróneamente "el otro lado del Atlántico" y enfocarnos en trabajar juntos para fortalecer nuestras relaciones. Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de aprovechar esta cercanía para construir un futuro más próspero y solidario.