Reflexiones Australes
Empresarios chilenos asfixiados por el Estado
11 de julio de 2025 (08:59 h.)
En plena campaña electoral, y a solo 4 meses de las elecciones presidenciales, la economía chilena se resiente y sus proyecciones son desalentadoras. Una seguidilla de leyes y normas generadas por un parlamento izquierdista, han deteriorado la competitividad de la economía chilena. De ser algún día la estrella de Sudamérica, Chile hoy se posiciona en la medianía de la tabla, con indicadores económicos mediocres. El cobre continúa siendo relevante para la economía chilena, pero hoy bajo incertidumbre por las medidas adoptadas por Estados Unidos, las que aún se encuentran en etapa de análisis. En lo interno y por la arremetida de la izquierda dura, los empresarios chilenos se han visto afectados de manera simultánea, por alzas en el salario mínimo, aumento del coste de las cotizaciones previsionales, reducción de jornada laboral y aumentos de impuestos o contribuciones a los bienes inmuebles. A todo lo anterior, debemos agregar unos procesos de aprobación a nuevos proyectos, que rayan en lo impresentable. Las aprobaciones ambientales y de todo tipo, pueden tardar tantos años, lo que induce a los gestores a buscar otros lugares en donde invertir. Aunque por momentos se pensó que el presidente Boric, evolucionaba desde su limitada experiencia hacia una posición más razonable, en los últimos días ha arremetido en contra de los empresarios con mensajes extremos. La candidata comunista Jeannette Jara, antes ministra del trabajo de Boric, será la abanderada del “progresismo” chileno. Con el puño en alto, al más puro estilo soviético, la izquierda chilena va por más Estado, más impuestos y más sector público. Chile ha pasado de ser un modelo económico, a un reducto en el fin del mundo, en el que se constata que un partido comunista -ortodoxo y retrógrado- podría incluso llegar al poder. Por su parte la derecha chilena dividida, no logra ponerse de acuerdo y asegurar un mejor futuro para los chilenos. La política en Chile y también en España, dan muestras de su incapacidad para aplicar el sentido común en beneficio de las mayorías.