La Montaña Mágica

Elogio a la fragilidad

Desde Ulises, la figura del héroe ha sido un símbolo de poder que ha atravesado todas las culturas. Es un personaje mítico o real, que por su fuerza y su voluntad, se convierte en un referente del triunfo, del poder.

Toda sociedad cuenta con sus héroes, y si no los tiene, los inventa, con tal de que esa figura patriarcal, sirva para que sus ciudadanos no se sientan solos y desprotegidos.

En muy pocas ocasiones, el ser humano ha reivindicado la antítesis del héroe, que justamente es el héroe frágil, que ha fracasado en la vida.

Edipo fue el rey frágil, que después de amancebarse con su madre y asesinar a su padre, se voló los ojos para no ver su tragedia.

En la novela Bartleby, el escribiente, de Hermann Melville, se narra la historia de un ser oprimido, que ante las órdenes de su jefe, se defiende con su frase lapidaria: “Preferiría no hacerlo”.

Franz Kafka describió en El proceso la fragilidad de Joseph K., que el día de su cumpleaños, es arrestado por la policía, sin saber por qué.

La figura del héroe está presente en el corazón de los humanos; pero así mismo, cada persona guarda en su interior, la inefable representación del ser frágil, débil.

En una ocasión, cuando viajaba en un vuelo charter, de Madrid a Bogotá, la azafata del vuelo me vio tan flaco y desnutrido, que me pegó en la espalda una etiqueta adhesiva, que decía: “Frágil. Delicado. Este lado arriba”.  

En estos tiempos inciertos, llenos de héroes, ególatras y narcisos, vale la pena rescatar el discurso que pronunció el escritor español, Álvaro Pombo, en cuerpo ajeno, titulado: “Fenomenología de la fragilidad”, al recibir el Premio Cervantes 2024.

En el discurso, que fue leído por su amigo, el escritor Mario Crespo, Pombo nos recuerda la fragilidad del Quijote, luchando con gigantes y molinos de viento; y la flacura y debilidad de su caballo, Rocinante.

Nos evoca aquella divertida novela de Cervantes, titulada: El licenciado Vidriera, cuando el personaje, Tomás Rodaja, al recibir una pócima de amor por parte de su prometida, se convierte en un ser débil y quebradizo.

En su discurso, el escritor cántabro, Álvaro Pombo, nos advierte sobre la fragilidad del ser humano en un mundo ininteligible lleno de “Influencers” y “mercachifles”.

Ante un mundo punzante, donde escasea el amor y la fraternidad, el ser humano es frágil ante las guerras, las enfermedades, y la persecución infame contra los migrantes.