¿Cuándo comenzará el siglo XXI?
Se dice que los siglos no comienzan en el año cronológico del calendario, sino que durante sus primeros años, arrastran con las bondades y los lastres propios del siglo pasado.
El siglo XX no inició sino hasta 1914, cuando un nacionalista serbio asesinó al archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio austro-húngaro, provocando la Primera Guerra Mundial.
Durante estos primeros veinte y tres años del presente siglo, el mundo ha venido arrastrando las taras propias del siglo pasado: pobreza, migraciones, femicidios y guerras.
De un total de 6.100 millones que habitamos este planeta, aún existen unos 1.100 millones de personas pobres (18 por ciento) que no satisfacen sus necesidades básicas de existencia.
La pobreza es el resultado de las profundas desigualdades económicas que existen entre los países del hemisferio. La pobreza, y con ello, la guerra, traen fuertes migraciones y desplazamientos, que hoy se viven en América, África, Asia y Europa.
El mundo hoy se ha convertido en un éxodo permanente de millones de personas que viajan en busca del mito del paraíso perdido.
En el siglo XIX los asesinatos y femicidios fueron endilgados a la figura siniestra de Jack, el destripador. Hoy, cada hora, mueren cinco mujeres y niñas en el mundo, por la mano del hombre.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se crearon las Naciones Unidas con 51 países que se comprometieron a mantener la paz internacional, y fomentar entre las naciones, relaciones de amistad, progreso social y defensa de los Derechos Humanos.
Sin embargo, después del atentado terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York; la guerra en Siria; la invasión de Rusia a Ucrania; el atentado terrorista de Hamas, que dejó 1.400 muertos en Israel y más de un centenar de rehenes; y la invasión a sangre y fuego por parte de Israel contra el pueblo de Gaza arrojando, a la fecha, 10 mil muertos, miles de heridos, y ciudades enteras destruidas, parece ser que el mandato de las Naciones Unidas es solo un canto de sirenas.
En el siglo XXI los propietarios de las grandes plataformas virtuales, han anunciado que este será el siglo de la revolución tecnológica, del Big Data, y la Inteligencia Artificial -IA-.
Si bien es cierto, nadie duda que los avances científicos siempre serán bienvenidos cuando se trata de la calidad y el bienestar del ser humano, también sabemos que muchas aplicaciones y algoritmos hacen parte del proceso de deshumanización en que está viviendo el mundo.
¿Para qué tanta tecnología, tantos móviles y tantos consoladores electrónicos, si el ser humano, como en la época de la caverna de Platón, continúa matándose entre sí?
El siglo XXI aún no ha comenzado. Infortunadamente, continuamos caminando por la senda bélica de la centuria pasada.
Ojalá no necesitemos una guerra entre Oriente y Occidente. No tengamos necesidad de una tercera conflagración mundial.
Como lo afirman las Naciones Unidas y las organizaciones de los derechos humanos, comencemos un nuevo siglo, parando la guerra, y que este sea más humano y menos tanático.