Desde el otro lado

El concordato dominicano

Un Concordato es un acuerdo entre la Santa Sede, en su calidad de representante de la Iglesia Católica y un Estado o sujeto de derecho internacional para regular la situación jurídica entre ellos. Este acuerdo tiene la categoría de Tratado Internacional. El primer Concordato data del año 1122, entre el papa Calixto II y el emperador alemán Enrique V.

Desde la misma independencia nacional, el 27 de febrero de 1844,  República Dominicana tenía el propósito primordial de establecer un Concordato.

En el Vaticano

En la primera Constitución dominicana aprobada  el 6 de noviembre de 1844, en el artículo 208 se estableció que: “El Presidente de la República está autorizado para de acuerdo con el Diocesano, impetrar de la Santa Sede en favor de la República Dominicana, la gracia de presentación para todas las mitras y prebendas eclesiásticas, en la extensión de su territorio, y además para entablar negociaciones con la misma Santa Sede, a fin de efectuar un Concordato”.

El presidente Pedro Santana y el vicario apostólico dominicano, monseñor Tomás Portes e Infante redactaron un proyecto de Concordato, remitido a la Santa Sede mediante la nota No. 9, de fecha 26 de marzo de 1845.

El presidente Santana fue más lejos, hizo que el Congreso dictara un Decreto-Ley de fecha 13 de julio de 1848, estableciendo el matrimonio canónico con carácter obligatorio.

Fueron muchos los infructuosos cabildeos en El Vaticano para lograr  la suscripción del Concordato. Incluso, el presidente Ulises Heureaux al ver que no avanzaban las negociaciones, el 6 de mayo de 1897 dictó la ley sobre divorcio y separación de cuerpos y bienes, por ende derogando la obligatoriedad del matrimonio canónigo.

Aunque al asumir como presidente Rafael L. Trujillo, mediante la ley 117, promulgada el 20 de abril de 1931, le es reconocida a la Iglesia Católica dominicana su personalidad jurídica.

Pasaron muchos años más, exactamente 110 desde la fundación de la República Dominicana para que pudiera haber un Concordato.

En 1954 con la intervención del entonces Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Joaquín Balaguer, se logró llevar a feliz término la negociación.

Mediante el decreto No. 9934,  de fecha 18 de mayo de 1954, Trujillo se fue investido el entonces presidente Héctor Bienvenido Trujillo, como “embajador extraordinario en misión especial para representar al Estado dominicano en la firma del Concordato”

Trujillo previo a su visita a Roma viajó a España en visita oficial al  generalísimo Francisco Franco, quien lo envió a Italia en el crucero de la Armada Española “Miguel de Cervantes”, atracando el 14 de junio de 1954 en el puerto de Nápoles.

En ese buque le acompañaba una comisión integrada por el entonces canciller Joaquín Balaguer, Anselmo Paulino y los coroneles Arturo Espaillat y Pedro B Trujillo, el capitán Fernando Sánchez y el señor Atilano Vicini. 

La llegada de Trujillo a Italia era con la única intención de visitar el Vaticano y firmar el Concordato entre la Iglesia Católica y  República Dominicana.

El 16 de junio de 1954, en el Palacio del Vaticano, fue la firma del Concordato entre Trujillo y el prosecretario de Estado del Vaticano para Asuntos Extranjeros, monseñor Doménico Tardini.

En el Concordato el Estado Dominicano se reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Pero también  en su Artículo II dispone que se tendrá un embajador dominicano en Santa Sede y un nuncio apostólico en Santo Domingo. “Este será el decano del Cuerpo Diplomático”.

En el Concordato vigente se establece que el Estado sostiene económicamente al obispo, la curia diocesana, al seminario y a los sacerdotes parroquiales. Asimismo, asume la protección de la iglesia y reconoce la religión católica como religión oficial.

Trujillo firmando

Pero también dio aquiescencia en el artículo XV que: “Para el reconocimiento, por parte del Estado, de los efectos civiles del matrimonio canónico, será suficiente que el acta del matrimonio sea transcrita en el Registro civil correspondiente”.

Ese Concordato fue el segundo que entró en vigencia entre una nación de América y el Vaticano. El otro era el que regía las relaciones de la Santa Sede con Haití.

Después de la firma, Trujillo fue recibido por el papa Pío XII en su estudio del Palacio Vaticano, quien estaba padeciendo severos problemas estomacales y diagnosticado por "intoxicación por ácido crómico" causada por la pasta de dientes. Trujillo fue el primer visitante que recibió su Santidad luego de su reposo por salud.

El papa le otorgó al dictador la Gran Cruz de la Orden del Papa Pío IX. Esta condecoración fue establecida el 17 de junio de 1847. La orden es concedida para premiar actuaciones nobles y sobresalientes en pro de la Iglesia y la sociedad.

Papa Pio XII

Antes de regresar a España, para continuar su periplo, Trujillo visitó la Basílica de San Pedro y dicen que oró por el pueblo dominicano.

Pero en todo el viaje Trujillo comentaba que no le había gustado ni el color ni el olor de Pio XII, quien cuatro años después, el 9 de octubre de 1958, moría producto de las mismas dolencias.

Pero el final de Pio XII fue aterrador resultado de un mal embalsamiento cuando se disponían a trasladarlo a El Vaticano, la descomposición fue tal que dentro del ataúd hubo un estruendo y salió un mal olor terrible, producto de la explosión de la cavidad torácica del Papa.

Al enterarse Trujillo solo expresó: “Yo sabía, tenía un olor a muerto”.