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Los cinco "Califas" del toreo

Desde que el célebre revistero taurino Mariano de Cavia “Sobaquillo”, le colocó el nombre de “Califa” a Rafael Molina Sánchez “Lagartijo”, las Autoridades Municipales, con el beneplácito de todas las Instituciones y ambientes taurinos de Córdoba, acordaron denominar “Califa” a todos aquellos toreros cordobeses que les ha tocado vivir una época importante por liderar más que nadie La Fiesta, llevando con grandeza el arte de los toros a lo más alto la ciudad del Califato. Los diestros que hasta el momento poseen este nombramiento son: “Lagartijo”; “Guerrita”; “Machaquito”; “Manolete” y “El Cordobés”.

Rafael Molina “Lagartijo” (1841-1900), I “Califa”, toreó durante veintiocho temporadas, mató 4867 toros, participó en 1632 corridas. Con él comienza a utilizarse en el toreo las palabras arte y armonía. Su rival más duro fue el valiente granadino “Frascuelo”, ambos culminaron cotas insospechadas de valor y sentimiento, si bien Rafael tenía más seguidores, motivo de ello, era el más deseado por los empresarios. Fue el primer torero que se encerró con seis toros en un solo festejo. Considerado como un lidiador completo en la total acepción de la palabra. Su padre Manuel, fue un modesto banderillero apodado “El Niño de Dios”, quien tuvo otros tres hijos toreros que no destacaron mucho en esta profesión.

Rafael Guerra “Guerrita” (1862-1941), II “Califa”, estuvo trece temporadas en activo, toreando en España, Francia, Portugal y Cuba. Siempre encabezó el escalafón taurino. El 19-5-1895 toreó tres corridas el mismo día, (San Fernando-Jerez de la Frontera-Sevilla). Era un importante eslabón en la cadena de toreros largos y eje de la fiesta brava en sus momentos de esplendor. No bien entendido por muchos aficionados, cuando se retiró dijo aquella frase: “No me voy, me echan”. Su toreo era de trazo largo y poderoso, además un gran estoqueador, nunca escuchó los tres avisos matando alrededor de 3500 toros. Ya retirado y anciano, fue invitado de honor, como asesor artístico en la inauguración de la nueva plaza de toros de Granada, fecha 30-09-1928.

Rafael González “Machaquito” (1880-1955), III “Califa”, valiente torero y decidido estoqueador. Hizo rivalidad con el sevillano “Bombita”. En el año 1902, le concedieron la Gran Cruz de Beneficencia, por el rey Alfonso XIII, cuando en Hinojosa del Duque (Córdoba) se desplomó un tendido de la plaza de toros, cayendo al ruedo más de mil personas por exceso de peso estando el toro en la arena, “Machaquito” presente como espectador, se hizo con el toro, liquidándolo de una certera estocada. Una actuación suya en Madrid, año 1907, al matar el toro Barbero de Miura, se llevó prendido en el cuerno un trozo de la camisa del matador. Por tal estocada, esculpió una estatua de bronce, el gran escultor Mariano Benlliure, el trabajo más famoso de su carrera, denominada: “La estocada de la tarde”.

Manuel Rodríguez “Manolete” (1917-1947), IV “Califa”, toreó 509 corridas de toros entre España, Portugal y países sudamericanos, donde fue un auténtico ídolo. Sufrió 30 cornadas, la definitiva y mortal en Linares, 28-8-1947, por el miureño Islero. La personalidad, seriedad, perfilismo y estático de su tauromaquia, fueron las notas más admiradas del público. Fue muy criticado debido a informaciones falsas que dieron la prensa de su vida pública, privada y social. Estuvo enamorado de la actriz “Lupe Sino” con la tuvo unos acalorados y tormentosos amores. Profesaba un amor especial a su madre Angustias Sánchez. Creó modas de zapatos y gafas, manoletinas. Patentó un pase con la muleta también, manoletina. Le apoderó el famoso taurino José Flores “Camará”, firmándole 70 corridas en Barcelona, ciudad donde siempre llenó plaza, único caso en la historia hasta el momento.

Manuel Benítez “El Cordobés” (1936- …), V “Califa”, en su niñez queda huérfano de padre y madre. Tras un duro peregrinar por tentaderos y dehesas a la luz de la luna, en unión de su amigo inseparable Juan M.ª Horrillo, crece su ansia por ser torero, saltando tapias y cercados de ganaderías, como un asiduo espontáneo en plazas de toros, lo que le costó más de una detención. Apoderado por el célebre “El Pipo” que confía en él, le hace ser un novillero cotizado, incluso más que las figuras de matadores de toros de la época. Durante los años 1961 y 1962, batió todos los pronósticos conocidos como novillero. Toma la alternativa en Córdoba el 25-5-1963 (aplazada por lluvia del año anterior), de manos de Antonio Bienvenida y José M.ª Montilla el testigo. 

Años posteriores, Manuel Benítez, es la figura indiscutible en todas las plazas, batiendo el récord de torear 111 corridas en una temporada, otra después sería 121 las actuaciones. 

En 1969, en unión con Palomo Linares, torean en plazas de tercera categoría e incluso en portátiles, con el fin de no someterse al dictado de los grandes empresarios, llamándoles “Los Guerrilleros”

En 1972, anuncia su retirada. Después ha toreado en contadas ocasiones y en algunos festivales concertados. “El Cordobés”, como nadie, levantó la Fiesta cuando se encontraba bajo mínimos, llevando con orgullo por todas partes el nombre de Córdoba. Su éxito radicó siempre en su personalidad, temeridad y dominio de los increíbles terrenos que pisaba. En la actualidad se encuentra retirado de los ruedos.

El 26-3-2025, recibe el II trofeo “Costillares”, de Andalucía, entre otros muchísimos más obtenidos durante su carrera profesional. Todo un ídolo.

¿Cuál será el VI Califa? De momento no se vislumbra ningún candidato.