La Galería

El cambio del sentido del humor

Etimológicamente «Humor » remite en latín a humoris, que significa humedad o propiedad líquida. Desde su origen la palabra nos dice que se trata de algo que se filtra de manera incontenible a pesar de cualquier tipo de resistencia física. No sé si les pasará lo mismo: he observado cómo la gente en la actualidad se ríe de cosas y situaciones que a mí no me hacen ninguna gracia. A parte del cambio generacional, de la influencia de las nuevas tecnologías, de las transformaciones sociales, y de todo lo que ustedes quieran sumar, me pregunto hasta qué punto esos cambios no son inducidos.

¿A quién o quiénes favorece la falta de un humor fino, inteligente, que no esté continuamente autocensurado, autolimitado por lo políticamente correcto…? Cada época establece las reglas de lo políticamente correcto limitando el campo de acción  tanto para el humorista como para el ciudadano, que debe ir adaptándose a estas, cada vez más rápidamente, como si se actualizara un software. Pero: ¿quién establece qué es lo políticamente correcto:¿es la sociedad o es el poder?

Si el sentido del humor supone intentar romper el orden establecido, no por rebeldía, sino por necesidad vital, no parece ser esa la intención del humor que se practica en la actualidad, sino más bien la reafirmación del mismo, lo que fractura la esencia misma de lo que hemos considerado hasta ahora humor. Si lo que se quiere es considerar que es la sociedad la que establece lo que es o no es políticamente correcto  debería tenerse en cuenta que es el poder político el que induce a tener determinadas creencias mayoritarias.

En definitiva, coge el bombo: “lo, lo,lo,lo,lo,lo,lo…”