Abrir la mente y el corazón

¿Un apagón que puede iluminar?

El apagón que afectó la semana pasada la totalidad del territorio español, y, del que por cierto aún no se saben las causas, se vivió de diferentes formas.

Esta ausencia de suministro eléctrico dejó sin luz, internet y comunicaciones a millones de personas durante todo el día. Las ciudades quedaron literalmente a oscuras, y los hogares en silencio, por lo que el mundo se detuvo de forma abrupta. 

Hoy los invito a reflexionar, a darnos cuenta, sobre lo afortunados que somos de disponer de recursos como la energía y el agua diariamente, que en muchos lugares del mundo, en este año 2025 aún se encuentran ausentes. 

Con respecto a la forma de actuar de las personas ese día: algunas al enterarse que la vuelta de la electricidad iba a demorar varias horas más salieron a disfrutar de la tarde, otras fueron a los supermercados a comprar todo lo que se pudiera, como si estuviésemos ante el comienzo de un evento mayor. No fue solo el corte de energía lo que ocasionó esto, sino la falta de comunicación, el no saber qué estaba pasando, y el darnos cuenta de que era un evento masivo.

Pero pensemos que actualmente hay millones de personas que viven de por vida sin acceso a energía y agua potable. La pobreza, que es un fenómeno multifacético, afecta a millones en todo el mundo. Las personas que viven en extrema pobreza padecen de falta de acceso a servicios básicos como la electricidad y el agua potable diariamente, y esto tiene un impacto significativo en su calidad de vida.

El acceso a agua potable y la energía son parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. En el caso del agua se trata del ODS 6: “asegurar el acceso a agua limpia y servicios de saneamiento para todos”, mientras que el ODS 7 consiste en: “que para 2030 todos los habitantes del planeta deben tener acceso a energía asequible, fiable y sostenible”.

Sin electricidad, las comunidades presentan dificultades para realizar tareas esenciales como estudiar, trabajar o incluso cocinar. Además, la carencia de agua potable tiene graves implicaciones para la salud, pudiendo ocasionar múltiples enfermedades. 

Según Naciones Unidas actualmente más de 2000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a servicios básicos de agua y cloacas. Siendo que en África sólo un 24% de personas tienen acceso a agua potable. El acceso limitado a agua potable está relacionado con problemas de salud, ya que el agua contaminada es una de las principales causas de enfermedades como cólera, tifus y diarrea. es así como el agua que puede sanarte también puede enfermarte. La salud de una comunidad está íntimamente relacionada con su acceso a agua potable y con su capacidad para romper el ciclo de la pobreza.

En el año 2010 en la Asamblea General de la ONU se reconoció el acceso al agua como un derecho humano vital.

Con respecto a la electricidad aproximadamente 675 millones de personas alrededor del mundo aún no tienen acceso a ella. 

¿Ese 28 de abril nos habremos dado cuenta de lo pequeños y vulnerables que somos? 

Dependemos de la tecnología para todo: comunicarnos, entretenernos, cocinar, estudiar, movernos y trabajar. El apagón puso en evidencia cuán poco preparados estamos para funcionar sin ella. 

Es cierto que nos quedamos a oscuras, y entonces, sin haber estado esas cerca de 10 horas sin suministro eléctrico sirvió para que nos diéramos cuenta de lo vulnerable que somos, quizás nos puede hacer reflexionar de que hay miles, millones de personas que viven hoy sin acceso a servicios básicos como agua, electricidad, comunicaciones, incluso otros, sin casa por haber sido destruida por la guerra. 

Si sirvió para reflexionar un momento sobre esto, entonces ese apagón nos habrá iluminado. 

A veces, desconectar también es una forma de reconectar con lo importante: con los demás, con nosotros mismos y con aquello que realmente importa.