Relator

¡Amazonizarnos!

 Es una era de colapso climático, el centro
del mundo es y debe ser el Amazonas, 

E. Brum.

Eco-pensamiento e interrogantes presentes y futuros; eco-educación para las actuales generaciones; eco-soluciones para el colapso climático.

Ello requiere creatividad y nuevos saberes para la innovación (es decir, una nueva escuela, aún más allá de la cautivante y totalizante Inteligencia Artificial) y la transformación, fundamentada en experiencias razonadas, para que este siglo XXI recupere el Amazonas.

Entonces, detengámonos en Eliane Brum, nacida en Río Grande del Sur, en 1966, novelista, documentalista y periodista. La reportera más premiada en la historia del Brasil. En el 2021 recibió –como se sabe-- el Premio María Moors Cabot, impartido por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia. Es periodista colaboradora de El País, The Guardian y The New York Times.

Y una de las fundadoras de la plataforma comunicativa SUMAÚMA, lanzada como espejo trisado a los ojos indiferentes –poco comprometidos y nada actuantes— de quienes miran el Amazonas en imágenes y documentos obsoletos, o mejor, inexistentes hoy por hoy.

Eliane Brum (autora de Amazonía: viaje al centro del mundo), se radicó y trabaja desde el 2017 en la región del Medio Xingú, uno de los núcleos más radicales de destrucción de la selva amazónica.

A Altamira, hoy habitada indescifrable y cifradamente en claves urbanas, políticas y económicas, por 111 mil habitantes, se conmocionó –como un terremoto o sacudimiento vegetal y mineral arrasador— con la llegada de deforestadores, caucheros (sí, escúchalos y denúncialos de nuevo, José Eustasio Rivera en tu Vorágine actualizada a sus cien años de su publicación), constructores de carreteras, buscadores de filones de oro de tus montañas…

El leit-motif bolsonarista y aterrador: tomarse la selva virgen para llegar al progreso.

En el río Xingú (que pierde progresivamente su palpitante y nutricia vida, en el Estado de Pará) y la negación de los pueblos xingara, se ha construido la represa y complejo hidroeléctrico de Belo Monte, que inundaría islas y condenaría a tribus indígenas (léase, auto-suficientes en su relación memoriosa, histórica y virtuosa con la Naturaleza), a vivir en la ciudad, a ser conclusivamente pobres.

Alta—Mira, su nombre es estratégico para Eliana Brum: municipio que posee 159. 522 kilómetros cuadrados: extensión conjunta de Irlanda y Portugal. 

Como también una tasa de asesinatos más alta que en las cinematográficas y periodísticas favelas de Río de Janeiro: 133 por mil habitantes.

Con el populista, demagogo y cuasi-auto-golpista Bolsonaro –desde el 2018— dos mil millones de árboles han sido destruidos en el Brasil. Nativas y milenarias voces recias del Popol Vuh piden justicia (y quizás, venganza).

Y en el 2019 fue centro de incendios devoradores de la Amazonía verde y futurista.

Es Alta—Mira, epicentro del apocalipsis.

Eliane Brum: Amazonizarnos

Desde Altamira Eliane exclama perentoriamente: <<Hemos perdido nuestro instinto de supervivencia como especie>>.

Y añade:

<<La Amazonía vive una situación terrible (…). El 18 % del bosque está destruido. Estamos muy cerca de un punto de no retorno>>.

A continuación (entrevistada por Laura ventura, para La Nación de Buenos Aires), subrayará su visión eco-filosófica sobre lo que ocurre: <<Hay negacionismo en la mayor parte de la población (entre paréntesis afirma que en el Brasil “el Congreso está dominado por la extrema derecha y por el agronegocio predatorio, la minería, los intereses de las grandes corporaciones, los ultra procesados, los agro tóxicos; Brasil ha aumentado su producción de petróleo en los últimos años…”.):

<<Creo que el capitalismo, al reducirnos a consumidores, secuestró algo fundamental; hemos perdido nuestro instinto de supervivencia como especie. El cuerpo se transformó en un objeto. Y perdimos algo que no estoy segura de que la gente que no conoce la vida en la Naturaleza comprenda: perdimos la fuerza del vivir. No nos interesa tener esperanza ni optimismo. Como especie estamos dormidos>>. 

¿Alternativas creativas, innovadoras?

<<Amazonizarse es algo que va más allá de un territorio geopolítico de la Amazonía. Significa no considerar a la Naturaleza como un mero recurso sino que tu vida está unida a la Naturaleza. Implica revincularnos con nuestro propio cuerpo y comprender que somos Naturaleza. Es una conexión, un cambio de paradigma que busca un entendimiento con uno mismo.

<<Si hemos perdido la conexión con lo que ocurre en nuestro interior, ¿cómo podremos vincularnos con la Naturaleza, con todos los seres que hacen posible que podamos respirar y comer? Vincularnos, al fin, con todo aquello que nos permite estar vivos>>.

En esto se centraría un eco-pensamiento e interrogantes presentes y futuros; una eco-educación para las actuales generaciones cuyos cuerpos son <<objetos>> en un mundo social y económico de consumidores; y las eco-soluciones para el colapso que vive la humanidad 2025-2030: <<Somos Naturaleza, revinculémonos con nuestro propio cuerpo y comprendamos que somos Naturaleza>>.