La acción paralela
La ‘agenda progresista’, que ahora peligra, es considerada por su muñidores como la solución a todos los problemas sociales y políticos, por ello ‘se dejan cada día la piel en el empeño’ como asegura Yolanda. Respecto a la corrupción hace tiempo que se admite ‘mentir por la verdad’, el fin justifica los medios. Las buenas intenciones de estos samaritanos son indudables, otra cosa son los resultados obtenidos por la aplicación de la citada agenda, no es posible saber cuáles serían, ni es descartable que conduzcan al desastre. Lo mismo puede decirse de un potencial ‘programa regenerador’ de la derecha, del MAGA de Trump o de la ‘acción paralela’ en Kakania.
El avance de las ciencias sociales y las lecciones de la historia, nos han permitido valorar los resultados de todo tipo de políticas reformistas. Sabemos, además, que ‘los ingenieros del alma’ contribuyen en poco o nada para analizar el pasado y aún menos para predecir el futuro. Hemos conseguido reducir la incertidumbre porque ya sabemos de recetas que no han funcionado, como todas las relacionadas con el colectivismo o la autarquía, lo cual nos permite minimizar los errores. Sin embargo, cualquier intervención fuera de ese ámbito sigue sujeta a circunstancias sobre las que no tenemos control. Todo esto resulta incompatible con la ridícula asertividad de los políticos y los augurios de economistas y climatólogos, cuyas soflamas parecen considerar que nuestra estulticia las digerirá.
El asunto de las mascarillas en el Covid resulta ilustrativo para entender la incertidumbre en la que nos movemos. La mayoría de políticos, con el silencio culpable de los científicos dependientes del dinero público, han afirmado que su eficacia está avalada por la ciencia e hicieron obligatorio su uso aún en circunstancias bizarras. Un grupo minoritario de expertos se posicionó en la visión opuesta, el uso indiscriminado de las mascarillas produce más daño que beneficio. Sorprende que nadie haya reconocido que no es posible conocer su utilidad por un simple problema metodológico: sólo se podría establecer mediante un ensayo clínico cuya realización resulta inviable por razones prácticas, aunque quizás en China podría llevarse a cabo. Reconocer que vivimos en un cierto estado de incertidumbre y que las intervenciones sociales difícilmente pueden prever los resultados, es una realidad que pocos se atreven a exponer.