Los trabajadores de Barajas denuncian inseguridad y presencia de mafias: “Aena no hace nada”
Empleados del aeropuerto madrileño aseguran que las mafias y la delincuencia siguen operando con impunidad tras la expulsión de personas sin techo de la T4.
Los trabajadores del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas han alzado la voz ante una situación de creciente inseguridad y actividades ilegales que, según denuncian, se extiende por todas las terminales del recinto, especialmente tras la reciente expulsión de personas sin techo de la Terminal 4.
El último incidente tuvo lugar la madrugada del pasado viernes en la Terminal 1, cuando una persona sin hogar de origen ruso acosó y robó a dos trabajadoras de una de las cafeterías. El individuo incluso se coló en la cocina del establecimiento, lo que generó un alto nivel de alarma. Pese a que se llamó al 091, ninguna patrulla acudió al lugar, situación que, según los empleados, no es un caso aislado.
Los empleados aseguran que trabajan con miedo. Relatan que son víctimas de robos, estafas y amenazas constantes por parte de individuos que operan con total impunidad en el recinto aeroportuario. En sus declaraciones en TeleMadrid, apuntan directamente a la inacción de AENA, la entidad gestora del aeropuerto, a la que acusan de no intervenir eficazmente ante la proliferación de estas mafias.
Entre las actividades ilegales que denuncian destacan la presencia de redes de plastificadores clandestinos, que ofrecen sus servicios por hasta 5.000 euros en negro, y vendedores no autorizados de tarjetas SIM, que actúan con total libertad por los pasillos. Estas mafias, aseguran, coaccionan y amenazan tanto a los trabajadores como a otros usuarios, generando un ambiente de hostilidad y peligro.
Desde las empresas concesionarias que operan en el aeropuerto, el malestar también es evidente. Varios empleados señalan que el problema no se ha resuelto con las expulsiones en la T4, sino que se ha desplazado a otras zonas del aeropuerto, donde la presencia policial es escasa o nula. A esto se suma la denuncia de que la comisaría más cercana está en la Terminal 4, lo que retrasa la respuesta ante emergencias en otras zonas.
La situación ha derivado en una mala imagen para uno de los principales aeropuertos internacionales del país, tanto para los trabajadores como para los viajeros que aterrizan en Madrid. La sensación generalizada es que la delincuencia no ha sido erradicada, solo se ha movido de terminal, dejando a quienes trabajan día a día en Barajas en una situación de vulnerabilidad permanente.
Por el momento, AENA no ha emitido un comunicado oficial en respuesta a las denuncias. Los trabajadores insisten en que es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto, refuercen la seguridad y controlen las actividades ilegales que comprometen no solo el entorno laboral, sino también la reputación y seguridad del aeropuerto.