Gasto Público

El gasto público en España: entre la expansión ministerial y el riesgo de insostenibilidad económica

El gasto público en España: entre la expansión ministerial y el riesgo de insostenibilidad económica

El gasto público en España sigue en alza con ministerios cada vez más costosos. Expertos alertan: ¿es sostenible o estamos al borde de una crisis fiscal inminente?

España ha experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial del gasto público, con ministerios que han incrementado sus presupuestos año tras año y partidas que, según expertos como el economista Daniel Lacalle, ponen en riesgo la estabilidad fiscal del país. Mientras el consumo de las administraciones públicas ha crecido un 2,23% en el último trimestre de 2024, la economía nacional sigue dependiendo del músculo del gasto estatal. Pero, ¿es sostenible esta estrategia?

El crecimiento del gasto ministerial: ¿necesidad o despilfarro?

El Gobierno de Pedro Sánchez ha consolidado un modelo de expansión del sector público, con 22 ministerios cuyos presupuestos han aumentado constantemente, según el Instituto de Estudios Económicos. Entre las partidas más destacadas están:

  • Agenda 2030: 5.000 millones de euros.
  • Transición Ecológica: 10.000 millones de euros, a pesar de que Lacalle sostiene que "las energías renovables no necesitan subvenciones".
  • Presidencia: 100 millones de euros, incluyendo gastos cuestionables como la promoción institucional del Gobierno.

Uno de los puntos más criticados es la cantidad de dinero destinada a proyectos externos, como la financiación de escuelas y hospitales en Marruecos, algo que, según el economista, no debería ser asumido por los contribuyentes españoles.

¿Qué impacto tiene este modelo en la economía?

El Producto Interior Bruto (PIB) español ha crecido un 0,8% en el tercer trimestre de 2024, pero este aumento se debe en gran parte al consumo público, un fenómeno que organismos como el Banco de España, BBVA Research y Funcas advierten que no es sostenible.

El informe de Funcas ya anticipa una desaceleración del crecimiento económico a partir de 2025, ya que el plan fiscal enviado a Bruselas limitará la capacidad de gasto público para cumplir con las reglas de la Comisión Europea. Las previsiones de crecimiento caerán al 2%, y el peso del consumo público en el PIB pasará del 3,9% en 2024 al 2,7% en 2025, según BBVA Research.

“El Gobierno ha incrementado masivamente los impuestos, se ha lucrado con la inflación y está haciendo mucho más insostenibles los servicios públicos”, advierte Lacalle, refiriéndose a la subida de la presión fiscal sin que haya una mejora proporcional en la eficiencia del gasto.

¿Hacia dónde va España? Las consecuencias de este modelo

Mientras las cuentas públicas dependen cada vez más del endeudamiento y de una estructura ministerial cada vez más costosa, las perspectivas a futuro no son alentadoras. Si bien el gasto público ha permitido mantener un crecimiento del PIB, la falta de inversión en sectores productivos y la ineficiencia administrativa podrían convertirse en un problema estructural en la próxima década.

Posibles riesgos y consecuencias

  1. Mayor presión fiscal sobre los ciudadanos: La financiación de estos gastos no sale del aire, sino de impuestos más altos que impactan el consumo y la inversión privada.
  2. Menor competitividad económica: España tiene una de las tasas de cotización social más elevadas de Europa (9,5% del PIB), lo que dificulta la creación de empleo y desincentiva la inversión en empresas.
  3. Colapso del modelo de bienestar: Lacalle alerta de que el déficit estructural del sistema pone en peligro la sostenibilidad de las pensiones, la educación y la sanidad pública, ya que el Gobierno sigue destinando recursos a mantener estructuras burocráticas en lugar de mejorar la eficiencia.
  4. Deuda pública en aumento: Con un gasto público que ya representa el 46,4% del PIB, el margen de maniobra para futuras crisis económicas es mínimo.

El impacto en la calle: inflación, precariedad y descontento social

A pesar del crecimiento económico registrado en los últimos años, los ciudadanos no ven mejoras en su calidad de vida. La inflación sigue golpeando los bolsillos, el acceso a la vivienda es cada vez más difícil y los servicios públicos no han mejorado en eficiencia a pesar del gasto récord.

Mientras tanto, el Gobierno defiende este modelo asegurando que ha permitido a España liderar el crecimiento en la UE, pero expertos y organismos económicos coinciden en que la estrategia de expansión del gasto público sin eficiencia es un arma de doble filo.

El futuro de la economía española dependerá de si se apuesta por una reducción del gasto improductivo y una optimización de los recursos o si, por el contrario, se sigue inflando una burbuja que tarde o temprano terminará por explotar.