Economía Nacional

España mantiene el pulso económico en 2025 pese a la incertidumbre global

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La economía española inicia el año con señales positivas: crecimiento del PIB del 2,7%, récord de afiliación a la Seguridad Social y consumo privado en alza.

La economía española arranca 2025 con un ritmo sólido de crecimiento pese al complejo escenario internacional marcado por tensiones arancelarias y desaceleración global. Según el informe de Panorama Económico y Empresarial de marzo, elaborado por la CEOE, el Banco de España ha revisado al alza su previsión de crecimiento del PIB hasta el 2,7% para este año, cifra también respaldada por la OCDE (2,6%).

Entre los principales motores de esta expansión destacan el fuerte crecimiento del empleo, con un máximo histórico de 21,2 millones de afiliados a la Seguridad Social en febrero, y el aumento del consumo privado, impulsado por el alza de salarios, el descenso de los tipos de interés y la moderación de la inflación.

La inflación general se sitúa en el 3,0%, aunque la subyacente cae al 2,2%, lo que amplía el margen para el gasto de los hogares. Esta mejora se ha producido a pesar de la reversión de medidas fiscales antiinflación, como la subida del IVA en la electricidad y alimentos. Por su parte, el Banco Central Europeo ha rebajado sus tipos en 25 puntos básicos, reforzando una política monetaria menos restrictiva que podría favorecer la inversión.

En el ámbito empresarial, los indicadores reflejan dinamismo. La cifra de negocios subió un 3,7% en diciembre, y las ventas de grandes empresas aumentaron un 3,6% en enero. El índice PMI compuesto de España alcanzó los 55,1 puntos en febrero, permaneciendo en terreno expansivo por decimoquinto mes consecutivo, gracias al empuje del sector servicios.

No obstante, la CEOE advierte de ciertos desequilibrios estructurales. La inversión sigue mostrando debilidad, especialmente en construcción, y la productividad por ocupado ha caído un 2,3% respecto al nivel prepandemia. Además, se mantiene un elevado coste laboral unitario (23,4% más que en 2019) y un notable peso de las cotizaciones sociales (9,4% del PIB frente al 7% de media europea).

El déficit público se estima en -3,4% del PIB en 2024, aunque podría reducirse al -2,8% en 2025, mientras que la deuda se mantiene en torno al 101%. La CEOE pide una disciplina fiscal más estricta y una reactivación de la inversión para consolidar un crecimiento más equilibrado.

En resumen, España consolida su recuperación económica con buenos datos de empleo y consumo, aunque enfrenta desafíos estructurales que requerirán ajustes estratégicos en los próximos trimestres.