Deuda pública

La economía española mantiene su impulso en 2025, pero la deuda pública sigue creciendo

Economía

El PIB crece un 0,6% en el primer trimestre, impulsado por el consumo privado y la inversión, aunque persisten desafíos estructurales como la deuda y el coste laboral

La economía española ha comenzado 2025 con buen pie. Según el informe publicado por el Círculo de Empresarios, el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,6% en el primer trimestre del año, en línea con el ritmo de crecimiento registrado en trimestres anteriores. Este avance ha estado sustentado en una robusta demanda interna, destacando el buen comportamiento tanto del consumo privado como de la inversión, especialmente en los sectores de equipamiento y construcción.

Uno de los datos más relevantes es la contribución positiva de la demanda externa al crecimiento del PIB (+0,1 puntos porcentuales), tras dos trimestres de aportación negativa. Este dato pone en evidencia cierta mejora en el contexto exterior, a pesar del entorno geopolítico incierto.

Por otro lado, la productividad por hora trabajada aumentó un 1,1% en el primer trimestre, lo que supone una mejora interanual del 0,7%. Esta evolución positiva de la productividad viene acompañada de un incremento del coste laboral total por trabajador del 3,8%, siendo más pronunciado en los sectores de la industria (5,2%) y la construcción (5,0%).

A pesar del dinamismo económico, la deuda pública continúa al alza, alcanzando los 1,663 miles de millones de euros, lo que equivale al 102,7% del PIB. El 76% de esta deuda corresponde a la Administración General del Estado, mientras que un 17% es atribuible a las comunidades autónomas. Este volumen de deuda mantiene una presión significativa sobre las finanzas públicas y limita el margen de maniobra ante posibles shocks económicos.

En resumen, aunque los datos del primer trimestre reflejan un crecimiento sólido y sostenido, el elevado endeudamiento público, junto con el incremento de los costes laborales y la incertidumbre internacional, plantean retos importantes para la estabilidad económica a medio y largo plazo. Las próximas decisiones en materia de política económica deberán tener en cuenta estos factores para consolidar el crecimiento y garantizar la sostenibilidad financiera.