“Alerta máxima: el Tesoro Público al límite ante récord de deuda en 2025”
El Tesoro Público español ha registrado un alarmante incremento de su deuda en circulación, alcanzando un máximo histórico. En los primeros seis meses del año, el volumen ha aumentado en 61.597 millones de euros, lo que equivale al 128,3 % de la emisión total de 2024. El fenómeno más destacado fue junio, con la emisión de 25.023 millones tras dos meses de suave descenso: en abril se redujo un -4.199 millones y en mayo, un -4.781 millones Tesoro.
Este crecimiento pone en evidencia la presión financiera del Estado, que recurre a los mercados para afrontar nóminas, pensiones y facturas, a pesar de que los ingresos fiscales han crecido notablemente—un 11,5 % en ingresos por impuestos y un 7,1 % por cotizaciones en mayo. Sin embargo, este incremento no basta: el saldo vivo se situó en 1,502 billones, cifra acorde con el volumen total registrado por el Banco de España a abril (1,663 billones, 103,5 % del PIB).
¿Una solución estructural o un parche temporal?
El plan de financiación del Tesoro para 2025 contempla necesitar 60.000 millones de euros netos, con un total bruto de emisiones de unos 278.000 millones, un 7,4 % más que en 2024. En este marco, una reciente emisión sindicada a 10 años por 13.000 millones, apoyada por una demanda que superó los 120.000, refleja que los mercados siguen confiando en España.
El reto, sin embargo, es que esta estrategia alarga el vencimiento medio de la deuda a unos 8 años, pero no reduce la carga financiera futura ni el riesgo de dependencia excesiva de la emisión constante.
Riesgos de un endeudamiento sin freno
- Carga del pago de intereses: el Tesoro destina cada vez más recursos al servicio de la deuda, lo que compromete el margen para inversiones sociales y de infraestructuras.
- Uso de fondos europeos: se espera recibir hasta 24.000 millones de euros de Next Generation, que se emplearán principalmente en cubrir gastos corrientes, no en amortización, lo que aliviará solo temporalmente la tesorería estatal.
- Presión fiscal y futura austeridad: el BCE y la Airef advierten sobre la necesidad de contener el crecimiento del gasto al 3 % anual —frente al 4 % actual— para mantener la sostenibilidad fiscal.
¿Están maquilladas las cuentas?
La secuencia de caídas de deuda en abril y mayo, seguida por una subida abrupta en junio, despierta sospechas de que el Estado podría posponer pagos o acelerar emisiones para mejorar indicadores en momentos concretos. Aunque las subastas siguen un calendario previsto, la escalada de nuevo endeudamiento en junio —alrededor de 800 millones diarios— indica que el “respiro” sería ficticio.
Una situación compleja
El Tesoro vive un momento crítico: necesita emitir deuda a un ritmo inédito para sostener la financiación del Estado, a pesar de una recaudación fiscal robusta. Si bien el acceso a los mercados sigue firme, el creciente volumen de deuda y el encarecimiento de su servicio crean una mezcla peligrosa que puede limitar la capacidad de inversión y comprometer el bienestar ciudadano. La clave, por tanto, estará en la transparencia del gasto, la contención fiscal y un uso estratégico de los fondos europeos.