Alemania arrastra a Europa al desplome industrial: la producción cae un 2,7% en la eurozona
La industria europea se tambalea. Según los últimos datos publicados por Eurostat, el sector industrial de la Unión Europea ha registrado una caída del -2,1% en el último año, una cifra que se agrava en la zona euro, donde el desplome alcanza el -2,7%. El epicentro de esta crisis se sitúa en Alemania, cuya industria ha perdido más de 37.000 millones de euros en valor agregado en apenas 12 meses.
Este retroceso, que afecta especialmente a las grandes economías industriales del continente como Francia, Italia y la propia Alemania, está generando un efecto dominó que compromete la recuperación económica pospandemia y pone en entredicho la competitividad europea frente a otras potencias globales.
Alemania, la locomotora europea, en punto muerto
El país germano, considerado tradicionalmente el motor industrial de Europa, ha entrado en una fase de contracción persistente. Los problemas estructurales, como el aumento de los costes energéticos, la ralentización de la demanda internacional —especialmente en China— y el impacto de la transición ecológica sin un marco de apoyo industrial suficientemente sólido, son factores que explican el colapso de su producción.
La industria automotriz, uno de los sectores clave del tejido productivo alemán, ha sufrido especialmente por la escasez de componentes y la transición hacia el coche eléctrico, que aún no ha alcanzado un equilibrio de costes sostenible.
Francia e Italia, también en retroceso
Otros países con gran peso industrial como Francia e Italia han registrado igualmente cifras negativas. Ambos enfrentan desafíos similares: inflación persistente, tipos de interés elevados que afectan al crédito industrial, y una incertidumbre política y fiscal que frena las inversiones a largo plazo.
Portugal, Grecia y Dinamarca resisten
En contraste, economías como Portugal, Grecia y Dinamarca han conseguido mantenerse en terreno positivo con ligeros repuntes de su producción industrial. Estos países, con estructuras más pequeñas o diversificadas, han sabido adaptarse mejor a la coyuntura, apostando por sectores emergentes como las energías renovables, la tecnología y la economía digital.
¿Qué consecuencias tiene este desplome?
El descenso industrial tiene efectos directos en el empleo, especialmente en regiones altamente dependientes del sector manufacturero. También afecta a la competitividad internacional de la UE, que ya observa cómo Estados Unidos y China consolidan su liderazgo en producción tecnológica y manufactura avanzada.
Los expertos advierten que, si no se toman medidas coordinadas a nivel europeo —como estímulos fiscales, incentivos a la innovación, y reformas en la política energética e industrial común—, el continente podría entrar en una fase de estancamiento estructural en su sector más estratégico.