El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la exposición 'Guardi y Venecia' con obras del Museo Gulbenkian
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza inaugura la exposición Guardi y Venecia en la colección del Museo Gulbenkian, una muestra excepcional que reúne por primera vez en Madrid el conjunto de obras del pintor veneciano Francesco Guardi perteneciente a la institución portuguesa.
En la presentación oficial han intervenido Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza; João Mira-Gomes, embajador de Portugal en España; António Filipe Pimentel, director del Museo Calouste Gulbenkian, y Mar Borobia, comisaria de la exposición y jefa de Pintura Antigua del Thyssen.
Un recorrido por la Venecia del siglo XVIII
La muestra, fruto de la colaboración entre el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa, reúne 18 óleos y un dibujo de Francesco Guardi, consolidado como uno de los artistas más representados en la colección del financiero Calouste Sarkis Gulbenkian (1869-1955). La exposición incluye, además, un óleo de su hijo Giacomo Guardi.
Las obras expuestas, datadas entre 1765 y 1791, transportan al visitante a la Venecia del siglo XVIII, mostrando lugares emblemáticos como el puente de Rialto y el Palacio Ducal, así como escenas de festividades como la fiesta de la Ascensión. Destacan piezas como La partida del Bucintoro, Regata en el Gran Canal y El puente de Rialto según el proyecto de Palladio, que capturan la esencia de la ciudad lagunar.
Dos secciones para explorar la obra de Guardi
La exposición se organiza en dos secciones:
La ciudad y sus fiestas – Ubicada en las salas 13 y 14, presenta escenas que documentan las celebraciones y la vida urbana de Venecia. Aquí, Guardi sigue la tradición de Canaletto, pero con un estilo más dinámico y expresivo. Obras como La fiesta de la Ascensión en la plaza de San Marcos reflejan la atmósfera vibrante de la ciudad.
Terraferma y los caprichos – En la sala 15, esta sección muestra un Guardi más libre, centrado en paisajes rurales y arquitecturas en decadencia. En obras como Capricho con arco romano en ruinas y templo circular, el pintor se aleja de los modelos académicos y plasma enclaves modestos con una pincelada suelta y expresiva.
Un legado artístico imprescindible
La exposición finaliza con la obra Regata en el Gran Canal junto al puente de Rialto (1791), de Giacomo Guardi, y Il Bucintoro (h. 1745-1750), de Canaletto, esta última en depósito en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). La influencia de Canaletto sobre Guardi se hace evidente en estas piezas, consolidando la importancia del vedutismo en la pintura veneciana.
Con esta muestra, el Museo Thyssen-Bornemisza reafirma su compromiso con la difusión del arte europeo y ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en el esplendor de la Venecia del siglo XVIII a través de los ojos de Francesco Guardi.