Danza

Condeduque rinde homenaje a Boris Charmatz con dos piezas de danza vanguardista

SOMNOLE
El coreógrafo francés interpretará "SOMNOLE" (2021) y "(Untitled)" (2000) los días 20 y 22 de febrero

El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque dedica un reconocimiento a la trayectoria del coreógrafo y bailarín francés Boris Charmatz, con la presentación de dos de sus piezas más representativas: "SOMNOLE" (2021), un solo acompañado únicamente por un silbido, y "(Untitled)" (2000), una colaboración con Tino Sehgal que exhibe la danza en su estado más puro. Estas funciones, programadas para los días 20 y 22 de febrero, forman parte de la exposición "Este puede ser el lugar. El museo performado", que se puede visitar en la Sala de Bóvedas de Condeduque.

Charmatz, conocido por romper con las convenciones de la danza contemporánea y explorar nuevos formatos y espacios de representación, ha desarrollado proyectos que desafían la concepción tradicional del movimiento y la escenografía, llevando la danza a lugares tan diversos como museos, instituciones ficticias o incluso el aire libre.

SOMNOLE (2021): un viaje entre la vigilia y el sueño

Tras años centrado en coreografías grupales y proyectos colectivos como el proyecto coreográfico Terrain, Charmatz regresa a la intimidad del solo con "SOMNOLE", una pieza minimalista y sensorial donde la danza se entrelaza con un silbido tenue que el propio intérprete produce.

Este trabajo gira en torno a dos conceptos centrales:

  • La somnolencia, como un estado de transición entre el sueño y la vigilia, donde los movimientos emergen de manera fluida y espontánea.
  • La música interna del cuerpo, representada por el silbido, que moldea y guía la coreografía, creando una experiencia inmersiva para el espectador.

(Untitled) (2000): la danza como un objeto de museo

La segunda propuesta de este ciclo es "(Untitled)" (2000), del artista Tino Sehgal, interpretada por Boris Charmatz y Frank Willens. Se trata de una pieza conceptual que se despliega sin música ni escenografía, dejando al cuerpo desnudo como único protagonista.

En esta obra, los bailarines ejecutan breves fragmentos de repertorios históricos de la danza del siglo XX, con un enfoque que busca asemejarse a la curaduría de una exposición en un museo. Tino Sehgal, conocido por borrar las fronteras entre arte visual y danza, ha llevado su trabajo a escenarios de renombre como la Bienal de Venecia, la Documenta 13, el Museo Guggenheim de Nueva York y la Tate Modern de Londres.

Un espacio para la experimentación y el diálogo

El programa en Condeduque ofrece al público madrileño una oportunidad única para experimentar la danza desde una perspectiva innovadora y conceptual, de la mano de uno de los coreógrafos más influyentes de la escena contemporánea. Además, las funciones se enmarcan dentro de la exposición "Este puede ser el lugar. El museo performado", que reflexiona sobre la danza y su relación con los espacios expositivos.

Con esta propuesta, Condeduque reafirma su apuesta por la creación escénica de vanguardia y su compromiso con el diálogo entre las artes vivas y la experimentación performativa.