La saga de María Guerrero y su aporte a la literatura madrileña
Fue una gran actriz de teatro que nació en Madrid en el año 1867 y que también murió en Madrid en 1928. Acompasó su pasión por los escenarios con el acompañamiento de su marido Fernando Díaz de Mendoza como empresaria teatral. Ya que cuando regentaban el teatro de la Princesa estrenaron algunas de las obras más importantes que se representaron en España, de autores como José de Echegaray, Jacinto Benavente, Benito Pérez Galdós, Ramón María del Valle Inclán, Pedro Muñoz Seca, Zorrilla, Francisco Villaespesa o los Hermanos Álvarez Quintero entre otros muchos. María Guerrero había estudiado canto y piano e incluso arte dramático con la actriz especializada en teatro romántico Teodora Lamadrid, que había representado algunas de las más importantes piezas del teatro clásico, tanto en prosa como en verso y posteriormente siguió formándose con la también actriz Sarah Bernhardt, con la que incluso compartió escenarios en su gira por Europa.
María Guerrero llegó a ser una de las grandes figuras de la escena española, tanto en la capital de España como en otros muchos países. Representó más de dos centenares de obras a los largo de su vida. Trabajó en Italia, Argentina, Francia o Estados Unidos de América. Fue la actriz pionera en apagar las luces del teatro ya que hasta entonces solían mantenerse encendidas durante el tiempo de actuación. Vivió para la interpretación de tal modo que llegó a ser, incluso, la diseñadora artística de las obras que representaba.
Aparece en tres de las obras de arte que se conservan en el Museo del Prado, ya que a través de su padre conoció a numerosos artistas. Joaquín Sorolla, Marquina, Emilio Sala, Daniel Vázquez Díaz, Ricerdo Baroja, José Vallejo o Raimundo Madrazo la recuerdan en algunas de sus obras.
En el año 1922 fue nombrada Hija predilecta de Madrid y en 1922 obtuvo la Gran Cruz de Alfonso XII.
Su hijo Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero mantuvo una estrecha relación extramatrimonial con la actriz Carola Fernan Gómez y cuando María Guerrero - ya apodada “La brava” por Mariano de Cavia - lo supo, lo tomó tan mal que consiguió que Carola se fuera para América, ya que así intentaba, por todos los medios, apartarla definitivamente de su hijo. Seguramente no supo que se iba embarazada. En Perú nació el 28 de agosto de 1921 aquel nieto al que nunca conoció. Era Fernando Fernan Gómez. Pasado ya el tiempo llegó a encontrarse con su padre en una sola ocasión, pero nunca conoció al resto de su familia.
Fue uno de los más claros ejemplos de la incorporación femenina al mundo del teatro español. Pues no solo era una gran actriz. Fue además una de las más notables gestoras de la escena. Pues ya en el año 1894 el Ayuntamiento de Madrid sacó a concurso el Teatro Español y María Guerrero que fue una de las solicitantes consiguió que le fuera concedida la gestión durante diez temporadas. Era tanto el aporte económico que necesitaba para ponerlo en marcha que su padre Ramón Guerrero no tuvo más remedio que vender sus propiedades para hacer frente a los abundantes gastos.