La retrocesión de Ifni
Hace unos días, entre mis lecturas y relecturas cotidianas, pasó por mis manos “ Memorias de un desmemoriado”, de Benito Pérez Galdós. Me fijé en el prólogo de Juan Van Halen, titulado “Galdós o la intencionada desmemoria”. Y recordé cómo conocí a Van Halen, cuando formamos parte de los periodistas que íbamos a presenciar e informar del acto de retrocesión del territorio de Ifni al Reino de Marruecos. Han pasado casi cuarenta y seis años de ese acontecimiento, pero voy a tratar de recordar algunos temas interesantes que surgieron de ese acto.
Era el mes de junio de 1969. Yo seguía desarrollando mi actividad fundamental en Madrid, en la información parlamentaria, pero en un par de ocasiones me designaron para cubrir acontecimientos que han entrado en la historia contemporánea de nuestro país. La primera había ocurrido un año antes. Se trataba de la independencia de Guinea. Y ahora nos íbamos a desprender de otro territorio.
La vinculación de Ifni con España se remonta a varios siglos atrás. Ya en tiempo de los Reyes Católicos había actividad de pesqueros españoles en esa costa occidental de África, que recibió el romántico nombre de “ Santa Cruz del Mar Pequeña”. Pero tuvieron que pasar muchos años hasta que, en 1934, el coronel Capaz ocupó el territorio. Ya en las Cortes franquistas se reconoció a los territorios de Ifni y el Sahara español como provincias. Pero estábamos en época de descolonizaciones, y en Naciones Unidas Marruecos presionaba para conseguir esos territorios . El denominado Frente de Liberación Marroquí atacó a las fuerzas españolas en Ifni. La guerra duró entre 1957 y 1958. No fue un modelo de información. Yo tuve noticias por un amigo que tuvo la brillante idea de hacer su servicio militar como voluntario en la recién creada Brigada paracaidista, que tuvo una destacada actuación en esa contienda. Sus relatos, como suele ocurrir en todas las guerras, fueron escalofriantes.
Para informar de la retrocesión, nos convocaron a los periodistas en el aeropuerto, con destino a Las Palmas, y de allí volar a Ifni. Han pasado tantos años que no puedo recordar a todos. Como jefe de grupo, el entonces capitán Félix Martialay, que tenía el título de periodista y era un experto cinéfilo. Además de Van Halen, recuerdo a Rogelio Baón, entonces redactor de la Agencia Efe, que después añadiría a la profesión su actividad como político, y fue Diputado por el Partido Popular. Rogelio, que por desgracia falleció prematuramente, compatibilizó la profesión con los estudios de Derecho. Fue un gran profesional y una gran persona. En el grupo participaba Iñigo de Aranzadi y Cuervas Mons, que pasó muchos años en Guinea como ingeniero técnico agrícola, y publicó varios e interesantes libros entre los que destacaba “En el bosque fang”. Además, era un experto en Heráldica, y asesoraba a los que querían entrar en posesión de algún título nobiliario. Recuerdo también a Cuadrado, un gran reportero gráfico.
Llegamos a Las Palmas en un avión prehistórico, con un hueco en las alas donde trabajaba hábilmente el mecánico. Ifni con motivo de la guerra se había reducido prácticamente a la capital y los alrededores. A los periodistas nos alojaron en lo que había sido un hospital. Rogelio y nosotros nos alojábamos en una habitación donde quedaban restos de sangre. Bañamos las sábanas en agua de colonia y nos acostamos sin cubrirnos.
Por parte marroquí acudió el Ufkir, un alto cargo del Gobierno que creo recordar que intentó años después atentar contra la vida del monarca, lo que le costó la vida. Las fuerzas españolas las mandaba el teniente general Vega. Desde horas antes habían llegado árabes a caballo con sus espingardas soltando trabucazos, La plaza estaba llena, y no quedaban más que un cabo y dos legionarios. Hablé con el cabo y dije, mientras a lo lejos se iban acercando la comitiva española, ¿ como van a echar fuera a toda esta gente? El cabo legionario sonrió y me respondió “ No se preocupe.”
Sin más armas que una larga y blanca porra, cuando estaba a punto de llegar la comitiva, el cabo dio una orden: “¡Despejen!” Asombrosamente, la plaza quedó limpia en unos minutos. No es de extrañar que, cuando terminaron los actos, el general Vega nos dijo que podía haber problemas para llegar a las Palmas, porque se acercaba una tormenta, y nos dio la oportunidad, si no se podía emprender el vuelo, de quedarnos en Ifni hasta que pasara la tormenta o ir con La Legión a El Aiun, yo pronuncié una frase que podría haber pasado a la Historia si yo no hubiera sido un “mindundi”: “ Mi general, yo saldré antes de la Legión, o con la Legión, pero nunca después de la Legión”. Afortunadamente, el tiempo mejoró, y pudimos llegar a Las Palmas.
Lo de Ifni podría considerarse de “guerrita”, pero quiero dedicar un emocionado recuerdo a los oficiales y soldados que dieron su vida por España.