Anécdotas literarias de Madrid

Pilar de Valderrama “Guiomar”. Poeta madrileña

Retrato de Pilar de Valderrama, la Guiomar de Machado

Guiomar - que era como la nombraba Antonio Machado en las cartas que le escribía - había nacido en Madrid en diciembre de 1889 y murió también en Madrid en 1979. Poeta y dramaturga del postmodernismo. Se había casado a los diecinueve años con Rafael Martínez Romarate, que fue uno de los más importantes iluminadores de teatro en aquel tiempo, ya que aplicó tecnologías realmente innovadoras que dieron otro prisma a la iluminación escénica en las representaciones del teatro de Madrid; especialmente en el  María Guerrero, pues Romarate fue pionero, sobre todo, en aplicar imágenes proyectadas y claroscuros.

Pilar de Valderrama Frecuentó los ambientes en los que la cultura formaba un nexo con la vida. Participó con cierta asiduidad en actividades de la Residencia de Estudiantes, del Ateneo, donde intervino en actos literarios, recitales y conferencias. Colaboró con el Lyceum Club Femenino y en diferentes tertulias a las que también asistían escritoras y escritores como Concha Espina, María de Maeztu, Carmen de Burgos (Pilar estaba comprometida como ella con la causa femenina a pesar de que no fue nunca, que se sepa, militante), Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gregorio Martínez Sierra y su esposa María Lejárraga, José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí o Cansinos Assens entre otros muchos. Fue autora de cinco libros de poesía titulados: “Las piedras de Horeb” (Publicado en el año 1923 con ilustraciones de su esposo y una portada de su cuñado Victorio Macho), “Huerto cerrado” (Es su libro más personal en el que deja ver la influencia de la obra de San Juan de la Cruz. Se publicó en 1928), “Esencias” (En este libro hay también poemas en prosa. Se publicó en 1930 y Antonio Machado hizo una crítica literaria en le periódico “El Imparcial), “Holocausto” (curiosamente se publicó con un prólogo de Manuel Machado en 1943. Se lo dedicó al desastre de la Guerra Civil y a un hijo suyo que había muerto en la contienda), y “Espacio” (publicado en 1958 en una edición en la que también aparecían los libros anteriores)... En 1981 se publicó otro libro póstumo titulado “Sí, soy Guiomar. Memorias de mi vida” con prólogo de Jorge Guillén, en el que la autora da cuenta de su relación con Antonio Machado. En este libro están incluidas 36 de las cartas que le escribió Antonio Machado. Ya que hasta su muerte esa circunstancia de tanta intimidad con el poeta se mantuvo casi en el anonimato, ya que ni siquiera Machado reveló nunca esa relación.  

También escribió algunas obras de teatro tituladas “Sueño de las tres princesas”, “El tercer mundo”y “Lo que vale más”, pero, sobre todo, es necesario señalar la implicación de esta autora en la renovación del teatro de su tiempo a través del “Teatro Íntimo Fantasio” - fundado en su propio domicilio de la calle Pintor Rosales - que ha sido considerado como uno de los teatros de cámara más interesantes en el Madrid de los años 1929 y 1930; ya que se trató de una iniciativa imaginada y gestionada por la propia Pilar de Valderrama y por su esposo. Este tipo de teatro se caracterizaba por su cuidada selección literaria y por la calidad de la puesta en escena. También se representaron bajo esos esquemas innovadores y tan privados obras de Benavente y de otros notables dramaturgos. Pilar de Valderrama tuvo así la oportunidad de estrenar en la intimidad de su propia casa alguna de sus obras a través de aquel teatro doméstico e íntimo que ella misma inspiró. Todo esto le permitió ejercer brillantemente como gestora cultural. 

Durante el grueso de su vida fue una mujer activa y relacionada en los mundos culturales  más dinámicos de Madrid, que es donde precisamente frecuenta a Antonio Machado. La relación fue haciéndose estrecha y, sobre todo, confidente; y lo fue de tal modo que desembocó en una relación sentimental, que muchas veces se mantuvo en la distancia, porque Antonio Machado entonces vivía en Segovia (donde se conocieron) y en otras ocasiones porque la Guerra Civil promovió esa distancia.

La poesía de Pilar de Valderrama se caracteriza por manifestarse colmada de emociones. Ya que el amor, las pasiones, la interioridad y los avatares de la vida otorgaron fragilidad e incluso meditación a través de versos que tenían mucha influencia de algunos de los grandes autores del Siglo de Oro y los siglos anteriores. Su poesía está colmada de imágenes, de símbolos y metáforas que ponen de relieve sus inquietudes y sus meditaciones. Fue, sin duda, una notable poeta del Madrid del siglo XX. Pero su vida seguramente estuvo colmada de contradicciones, ya que vivió en un tiempo en el que era difícil manifestarse en libertad.

Se ha dicho que Guiomar fue musa de Antonio Machado e incluso su nombre fue un enigma hasta el día de su muerte, ya que no se sabía si el nombre de Guiomar - en recuerdo y homenaje a Guiomar de Castañeda, que fue esposa de Jorge Manrique - correspondía a una persona de carne y hueso o era fruto de la pura imaginación de Antonio Machado. Pues fue una situación guardada en secreto. Se cree que esa relación con el poeta del 98 fue, sobre todo, emocional y casi espiritual. Incluso intelectual, que Antonio - ya viudo de Leonor - había idealizado. Pues se sabe que se habían conocido en el año 1928 y ella, por aquel entonces, estaba casada. A partir de esa fecha mantuvieron una correspondencia amorosa y tierna, en la que la nostalgia y los deseos de reencontrarse jugaban el papel fundamental. Machado le dedicó sus últimos poemas. Pero es probable que esa relación fuese platónica. Aunque se vieran de vez en cuando, se acariciaran las manos y se besaran, al menos en una ocasión. Pero según ella misma aseguró, nunca fueron amantes en el sentido estricto y más carnal. Cuando se conoció la relación de Antonio Machado y Guiomar se entendió mejor la última poética de Machado. Seguramente ambos estuvieron realmente enamorados.