Anécdotas literarias de Madrid

Novecentismo o Generación de 1914

Generación de 1914

Fue un movimiento literario y artístico español surgido a principios de siglo XX, que dio entrada a los nuevos modos de entender la literatura. Se vinculó a una estética relacionada con escritores y artistas que señalaron otros cauces comunicativos y culturales. Estuvo formado por literatos y periodistas posicionados entre la Generación del 98 y la Generación del 27, y por esa razón algunos de estos autores pudieron estar también vinculados, de algún modo, a esas otras generaciones.

La Generación de 1914 o Novecentismo agrupó a autores como José Ortega y Gasset, Rafael Cansinos Assens, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Juan Zaragüeta, Eugenio d´Ors, Tomás Borrás y Bermejo, Santos Bartolozzi Rubio, (conocido como Salvador Bartolozzi. Fue ilustrador de la Editorial Calleja)) Juan José Domenchina, Rosa Chacel, León Felipe, Federico Onís, José Bergamín, Ramón Gómez de la Serna, María de Maeztu, Manuel Abril García, Wenceslao Fernández Flórez, Clara Campoamor o Juan Ramón Jiménez entre otros muchos. Supuso un eco nuevo y decisivo en el panorama literario español; que además de que aquellos autores escribieron obras de reconocido interés, colaboraron en publicaciones que en el primer tercio del siglo XX fueron decisivas para la renovación de la literatura y el arte, ya que bosquejaron algunos conceptos considerados fundamentales. Sobre todo fueron autores reformistas que auspiciaron y mantuvieron sus propias tertulias madrileñas entre las que he de destacar las que los sábados por la noche se celebraban en el Café Pombo, situado en la calle Carretas. José Gutiérrez Solana inmortalizó esa tertulia en un lienzo que pintó en el año 1920 a propuesta de Ramón Gómez de la Serna. Otra tertulia a la que también asistieron autores de la generación de 1914 se celebró en el Café Colonial, que era por aquel entonces uno de los establecimientos más elegantes y luminosos de Madrid. Estaba situado casi al comienzo de la calle Alcalá, cerca del Círculo de Bellas Artes. En él los novecentistas se reunían en ocasiones con algunos autores del 98...Pero siempre fue considerada una tertulia de vanguardia, que había sido creada y liderada por Rafael Cansinos. En el año 1918 se elaboró en el café Colonial el primer manifiesto ultraísta que fue publicado ese mismo año en la revista “Cervantes”. Y aunque hubo otros posteriores este fue el primero. Los autores de la Generación de 1914 publicaron sus textos en periódicos como “El Sol” y en revistas como “La Revista de España” fundada, precisamente, por Ortega.

Así surgió el movimiento novecentista que formó parte de algunos de los preámbulos que desembocaron, años más tarde, en la Generación del 27.

La generación de 1914 acunó este flujo generacional y estético que acercó los pensamientos políticos a la literatura.

El Liberalismo y las posiciones que ofrecía el socialismo democrático también fueron otros de los resortes que perfilaron las posiciones de algunos de los autores de aquel tiempo. Autores, por otro lado, que en Madrid dejaron atrás el casticismo que tanto arraigo había tenido hasta entonces y también los localismos que fueron dejando paso a unos nuevos modos creativos.

Los principios de los autores de esta generación se centraron en lo puramente intelectual y evitaron los sentimentalismos anteriores. Arrinconaron las pasiones y centraron sus obras en la consecución de un nuevo equilibrio que abandonó lo vulgar y dio prioridad a una literatura mucho más cuidada.

El Novecentismo es, por lo tanto, un movimiento que se acerca a las corrientes europeas y que rompe con el pasado, y de ahí surgieron algunas conocidas confrontaciones como la que se sabe que mantuvieron Unamuno y Ortega. Fue cuando en una carta que Miguel de Unamuno envía a Azorín y se refiere a Ortega llamándole papanatas. Ortega que se siente aludido contesta a Unamuno en el periódico “El Imparcial” para decirle: “Yo soy plenamente, íntegramente uno de esos papanatas que están bajo la fascinación de esos europeos…” Ortega, a cambio, se refiere a Unamuno llamándole el gran energúmeno español... 

La mayoría de autores novecentistas cultivaron especialmente el ensayo, porque a través de él pudieron desarrollar mucho mejor sus anhelos culturales e intelectuales y evitaron la confrontación con la realidad a través de metáforas, sobre todo, en la poesía.

Este grupo de autores estuvo marcado por el comienzo de la Primera Guerra Mundial y todo lo que representó.